Es lo que me pasa cuando me junto con mis dos colegas de siempre de Terrassa. Acabamos viendo bodrios. Y eso que estuvimos horas delante de la taquilla discutiendo. Yo quería ir a ver "Lourdes", Albert decía que la de "the crazies" tenía buena pinta y Jorge no paraba de hablar de "Kick-ass". Así que al final nos metimos en la presente cinta.

La película es mala hasta decir basta y la dirección es especialmente bochornosa. Rodar escenas de acción nunca ha sido fácil, y si es cierto que jamás ha estado reconocido como se merece, más cierto aún es que son pocos los directores que aprueben con nota en dicho género.

Ante Legión, lo único que puede hacer el pobre incauto que ha tenido el "placer" de visionar dicho aborto cinematográfico y se dispone a escribir sobre ella como buenamente puede en estas páginas, es que salga su diablo interior más perverso y gracioso. Pero por una vez, va salir mi ángel bueno, y voy a hablar de los aciertos o de los detalles interesantes que tiene la peli, que aunque parezca mentira, la cinta los tiene.

Aunque mala hasta decir basta, hay instantes de indudable interés. Entre ellos destaca el momento en el que pierden todo contacto con el exterior. Simple hasta decir basta, pero estamos en la historia. Toda esa parte hasta la llegada de los malos en masa, se sostiene, con el gran momento de la vieja o el camión del helado. A ello hay que sumarle ciertas frases de diálogo que van con el lugar. Y por supuesto, la elección del nombre del local donde transcurre la historia, típico bar de mala muerte yanki. El nombre es el mismo que cierto lugar del Videojuego FallOut 3. Como soy un fan de la saga, no puedo más que aplaudir.

Con esto digo que la historia, en manos de un guionista hábil y un director decente, y centrándonos en ese lugar de mala muerte apartado de toda civilización que es Paradise Fall (el gran acierto del filme), podría haber salido una historia potable.

Luego de este pequeño Purgatorio, mi nota final.

Termine harto de tanta gilipollez.
Al infierno.