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Voto de Sergio Berbel:
6
Serie de TV. Drama. Thriller Serie de TV (2013-2018). 6 temporadas. 73 episodios. El implacable y manipulador congresista Francis Underwood (Kevin Spacey), con la complicidad de su calculadora mujer (Robin Wright), maneja con gran destreza los hilos de poder en Washington. Su intención es ocupar la Secretaría de Estado del nuevo gobierno. Sabe muy bien que los medios de comunicación son vitales para conseguir su propósito, por lo que decide convertirse en la ... [+]
12 de noviembre de 2020
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A pesar de que acaba resultando un tanto alambicada y excesiva, rizando el rizo en demasía hasta separarse demasiado de lo creíble y entrando en el terreno de lo terriblemente distorsionado, me temo que no exagera en demasía House Of Cards a la hora de plasmar los entresijos de la política en general y de la norteamericana en particular (tan distante, eso sí, de nuestra propia cultura política). No dista demasiado de la partida de ajedrez por el deseo omnímodo de poder que se refleja en la misma. Hay un momento en el último episodio de la primera temporada en la que la pareja protagonista se pregunta para qué acumular tanto poder. No deja de ser un vicio. Un vicio que marca una serie estirada como un chicle hasta el límite en temporadas y contenido.

House of Cards (serie sobre política, un tema no demasiado deseado por mi parte en la ficción) es una creación que, como todo producto de Netflix, acaba prometiendo más de lo que realmente da. Un producto cultural que va de más a menos de forma descarada, pero que remonta un tanto en su Temporada 4 cuando humaniza a sus dos protagonistas y los hace pasar por experiencias dolorosas nada alambicadas para variar.

House Of Cards nos asoma a lo que ocurre en el interior del Capitolio de los USA y de la Casa Blanca a través de Frank Underwood, un ser maquiavélico carente de escrúpulos que, junto con su esposa Claire (tan salvajemente amoral como él), forman un tandem dedicado exclusivamente al ascenso a la cúpula del poder, renunciando para ello a hijos, vida familiar o fidelidad si ello es preciso. Un matrimonio que no conoce límites legales o ilegales en su ambición política.

Sin duda, lo mejor de la serie y lo que la hace única y reconocible son esos comentarios mirando a cámara de Kevin Spacey hablando directamente con el espectador en cada tesitura en la que se encuentra. Eso eleva el producto a altas cotas y le otorga credibilidad y brillantez. Una pena que el puritanismo asfixiante de Netflix lo expulsara de la serie en su última temporada y la dejara reducida a despojos, porque House of Cards no puede existir sin Frank Underwood como Six Feet Under sin Nate Fisher, Los Soprano sin Tony, Mad Men sin Don Draper, The Affair sin Alison, The Leftovers sin Nora Durst o Shameless sin Fiona Gallagher.

Todo gira en torno a ellos dos, a un Kevin Spacey perfecto como siempre y a una Robin Wright hipnótica que mantiene el tipo en semejante duelo actoral. El plantel de secundarios que entran y salen de escena quedan un tanto apagados ante el brillo de su pareja protagonista, pero así es esta serie, desequilibrada por excesiva para lo bueno y lo malo.
Sergio Berbel
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