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Voto de Sergio Berbel:
5
Drama. Comedia. Romance Wilbur intenta suicidarse, pero no lo consigue. A pesar de su singular magnetismo, especialmente con las mujeres, su ingenio y encanto, no consigue liberarse de su pesimismo. Harbour, su hermano menor, es, en cambio, un optimista irreductible que se ha propuesto hacer feliz a Wilbur. Los dos hermanos viven en Glasgow y regentan una destartalada librería que han heredado de su padre. (FILMAFFINITY)
21 de noviembre de 2023
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La cineasta Lone Scherfig es integrante de una generación de cineastas superdotados que surgió en Dinamarca en torno a las figuras totémicas de Lars Von Trier y Thomas Vinterberg. Ella comenzó con los mismos parámetros y conceptos que los anteriormente referidos, incluido su paso efímero por el movimiento Dogma, pero acabó deslizándose hacia derroteros más convencionales y comerciales y “Wilbur se quiere suicidar” es prueba de tal afirmación. Lo que pudo ser un drama definitivo sobre el espinoso tema del suicidio, en su manos, termina convirtiéndose en una comedia romántica demasiado convencional que, hay que reconocerlo, va de menos a más y que tiene algunos momentos interesantes, aunque demasiados efímeros y tardíos.

La historia se adentra en la tragicomedia de un triángulo humano formado por Wilbur, un joven que quiere suicidarse a toda costa pero nunca lo acaba consiguiendo; Harbour, su hermano, vitalista y optimista en contraposición; y una chica que aparece en sus vidas para cambiarlas, la cual tiene una hija que es lo único que realmente aporta de esta propuesta descafeinada y con cierta tendencia a la palomita en los momentos en los que menos debería haber incurrido en ello.

En lugar de profundizar y diseccionar la mente de un joven apuesto, con éxito entre las mujeres, con una aparente normalidad en su vida cotidiana y que no puede desprenderse de la necesidad de suicidarse, el film camina para tirarse de cabeza en la comedia romántica y va dejando escapar las posibilidades serias y dramáticas de acometer dicho análisis, convirtiendo a sus personajes en increíbles y ficticios. Para cuando quiere llegar a la almendra de su reflexión seria en su tramo final, ya resulta demasiado tarde. Es, por tanto, en su guión, firmado por la propia Lone Scherfig y Anders Thomas Jensen, donde se encuentra el talón de Aquiles de la película.

Tampoco las interpretaciones de su elenco actoral resultan perdurables, limitándose a cumplir con su deber sin mayor complejidad. Como ocurre con la música de Joachim Holbeck o la rutinaria y mediocre dirección de fotografía de Jorgen Johansson. Nada reluce en una cinta finalmente anodina que deja sensación de oportunidad perdida por exceso de deseo comercial de su creadora.
Sergio Berbel
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