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Voto de Shinboneniná:
7
7.8
22,755
Drama
Ernesto hace un viaje a la provincia argentina de San Luis, a un remoto pueblo en un valle puntano, para recordar su infancia y las circunstancias que han determinado su vida: sus padres se habían exiliado voluntariamente de Buenos Aires para vivir en una comunidad campesina. La llegada de un geólogo español, contratado por el cacique local para buscar petróleo, representa una amenaza para la forma de vida de los campesinos. (FILMAFFINITY) [+]
26 de septiembre de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aristarain compone una película en la que, aparentemente, sólo hay cabida para los personajes y los sentimientos. Unos y otros habitan una pequeña cooperativa agraria coordinada por un matrimonio (Luppi y Roth) y su hijo adolescente, imbuidos de valores humanistas, idealistas y pseudorrevolucionarios. Pese a su agnosticismo -o ateísmo, la cosa no queda muy clara-, cuentan con la colaboración de una monja sin hábito, crítica con la Iglesia, pero entregada a los demás. A tan atípico lugar llega un geólogo español, de origen alemán, que entabla amistad con ellos y en poco tiempo se convierte en el alma mater de la escuela, ya que con sus maravillosas clases de geología encandila a los niños; también a las mujeres. Pero ni siquiera el bueno de Sacristán, que nos regala una de sus mejores interpretaciones, es lo que parece.
Todos aparecen enfrentados a Andrada, el siniestro y avaro terrateniente que ansía quedarse con toda la región. Este planteamiento puede parecer casi un western, un western gaucho; mejor dicho, un anacrónico southern en el que se enfrentan lo viejo y lo nuevo. Lo cierto es que, mientras la veía, me han venido a la mente bastantes similitudes con el ‘Valance’ de Ford: la película prácticamente se abre y se cierra con el tren; la acción se desarrolla en medio de la nada, de un lugar aislado y sin ley en el que la gente sencilla está oprimida por los potentados; el papel que juega la escuela; la llegada de un forastero líder y civilizador; la historia de amor entrecruzada que afecta a los protagonistas; las asambleas vecinales para hacer valer sus derechos; el trabajo de media vida en llamas; el papel que juega el paisaje… Por si esto fuera poco, se hace una alusión directa a John Wayne. Desconozco casi todo sobre Aristarain y su película, pero me parecen demasiadas evidencias.
Me gusta más la de Ford, aunque la argentina es una gran película. Emotiva de verdad, con personajes y actores inmensos, con una buena historia. Aunque le encuentro un pero enorme, al que me refiero en el spoiler.
Todos aparecen enfrentados a Andrada, el siniestro y avaro terrateniente que ansía quedarse con toda la región. Este planteamiento puede parecer casi un western, un western gaucho; mejor dicho, un anacrónico southern en el que se enfrentan lo viejo y lo nuevo. Lo cierto es que, mientras la veía, me han venido a la mente bastantes similitudes con el ‘Valance’ de Ford: la película prácticamente se abre y se cierra con el tren; la acción se desarrolla en medio de la nada, de un lugar aislado y sin ley en el que la gente sencilla está oprimida por los potentados; el papel que juega la escuela; la llegada de un forastero líder y civilizador; la historia de amor entrecruzada que afecta a los protagonistas; las asambleas vecinales para hacer valer sus derechos; el trabajo de media vida en llamas; el papel que juega el paisaje… Por si esto fuera poco, se hace una alusión directa a John Wayne. Desconozco casi todo sobre Aristarain y su película, pero me parecen demasiadas evidencias.
Me gusta más la de Ford, aunque la argentina es una gran película. Emotiva de verdad, con personajes y actores inmensos, con una buena historia. Aunque le encuentro un pero enorme, al que me refiero en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A pesar del aparente idealismo que enarbola la propuesta, y que está construido para atacar directo al corazón, ¿cómo calificar la actitud de Luppi? Un tipo que, para imponer su criterio es capaz de echar por tierra no sólo su esfuerzo familiar de años, sino el de toda la cooperativa. Y encima, para evitar que la situación de los cooperativistas mejore. A eso le llamo yo ser un fanático hijo de puta. Y también una postura totalitaria. La verdad es que a Federico, un gran actor, el papel le va como anillo al dedo. Por otra parte, esto no se explica en la trama argumental. ¡Se comete un delito flagrante, fundamental en la narración, y todos tan contentos! Este aspecto de la película me parece infumable, en lo ideológico y en lo narrativo.