El riesgo que corre un proyecto cuando pretende recrear de forma tan rigurosa y convincente una historia tan sombría, adusta y lacónica como “Whisky” es que la propia peli acabe por convertirse en algo monumentalmente sombrío, adusto y lacónico. No sé si me explico. Me encantan los dramas, las películas amargas, crudas..., atroces incluso. Pero para disfrutar “sufriendo” uno debe empatizar con los personajes..., dejarse subyugar por la atmósfera, por la música, por la imagen... Lamentablemente yo no he conseguido percibir ningún magnetismo, ningún sentimiento de complicidad, ninguna sensación de cálida proximidad... todo lo contrario. No diré que me parece un peñazo insoportable porque lo he soportado estoicamente, como un campeón, a pesar de la mirada asesina de mi parienta, imponderable víctima de mi irreprimible curiosidad cinéfila. No obstante no voy a negar que esta peli uruguaya es lenta y tediosa como pocas, que la interpretación de esas tres momias deprime a cualquiera y que tiene tanto de comedia como ver a mi difunta abuela colocarse la dentadura postiza.

Aún así, la apruebo por los pelos porque, efectivamente, su puesta en escena es extraordinaria y porque Rebella & Stoll consiguen reflejar con innegable eficacia un aroma costumbrista rotundo y desolador.