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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
9
Drama Don Jaime (Fernando Rey), un viejo hidalgo español, vive retirado y solitario en su hacienda desde la muerte de su esposa, ocurrida el mismo día de la boda. Un día recibe la visita de su sobrina Viridiana (Silvia Pinal), novicia en un convento, que tiene un gran parecido con su mujer. Basada libremente en la novela "Halma", de Benito Pérez Galdós. (FILMAFFINITY)
26 de diciembre de 2007
79 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
La hermana Viridiana ocupa en mi particular recordatorio de monjitas célebres un puesto de honor de concesión irreprochable. Infinitamente más bella y sensual que la hermana Mary Clarence (Whoopi Goldberg en “Sister Act”) o la hermana Tomasa (Gracita Morales en “Sor Citröen”), tan sólo se le acerca a considerable distancia la hermana Luke (Audrey Hepburn en “Historia de una monja”). No quisiera parecer banal ni exageradamente libidinoso, pero considero oportuno y esencial hacer hincapié en el tremendo magnetismo erótico de Silvia Pinal porque precisamente ese poderoso don sustentará el eje vertebrador de la historia de Buñuel.

La hermana Viridiana se convierte, asimismo, en una honrosa versión patria de Madeleine Elster (Kim Novak), la fatídica obsesión de Scottie Ferguson (James Stewart) en la hichcockiana “Vertigo”. No tan solo por el razonable parecido de su glacial encanto platino sinó, porque no decirlo, por la curiosa semejanza de sus poderosos y turgentes bustos. Repito que esto no es ninguna coña ni estoy frivolizando. El voluptuoso potencial de Viridiana desencadenará una arrolladora sucesión de acontecimientos que, empezando por el suicidio de Don Jaime (Fernando Rey) y acabando por el festín indigente, pondrá de manifiesto la imponderable certeza del refrán que reza: “tiran más dos tetas que dos carretas”. Y desde ese postulado aparece el Buñuel más surrealista, transgresor y gamberro. Don Luis adereza su obra maestra con humor negro, fetichismo, alegoría, parodia, sátira y música clásica, pero cuando finalmente la mojigata hermana Viridiana accede a jugar esa partida de tute con Ramona (Margarita Lozano) y Jorge (Paco Rabal), es cuando su virtud y devoción acaban sucumbiendo ante la irrefrenable gravitación de los apetitos profanos.

Una sonora bofetada para quien pudiera sentirse escandalizado. Yo, no.

Un clásico del cine español de visión indispensable. Una magnífica ocasión para comprobar como, de vez en cuando, el celuloide adquiere el status de objeto artístico.
Taylor
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