Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Thriller. Drama El guionista de Hollywood David Sumner y su mujer Amy se mudan al pueblo natal de ella en el sureste de Estados Unidos, después de la muerte del padre de Amy. Su plan es reparar y vender la casa de la familia mientras David aprovecha la tranquilidad del lugar para terminar un guión. Pero no todo es tan bucólico como parece en Blackwater (Mississippi), y la llegada de los Sumner despierta antiguos resentimientos. Además, la pareja pasa ... [+]
21 de abril de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escribir sobre esta “Perros de paja” de 2011 me supone un dilema gordo. Siempre he dicho - y escrito - que los remakes que plagian plano a plano una película de éxito me repatean y no se merecen más que una valoración negativa o muy negativa. A veces, ni eso. Pero, ¿qué pasa con un remake cuando no has visto la película original, especialmente cuando es de un maestro de la violencia como Peckinpah? ¿Pensamos bien y asumimos que es una revisión hecha con buena fe para traer al nuevo siglo una película de los setenta? ¿Pensamos mal y damos por hecho que sólo han reemplazado a los protagonistas por actores conocidos? Pues en vista de las circunstancias - y de que puse la nota sin saber que estaba ante un remake - voy a hacer la vista gorda y hacer como que no me he enterado de que existe la película original de 1971. Al fin y al cabo, yo ni había nacido entonces.

La verdad es que el elenco, formado por secundarios habituales de aquí y de allá, no llama mucho la atención, igual que tampoco es especialmente ilusionante la presencia tras la cámara de un Rod Lurie que conoce lo suficiente el oficio como para contar historias con solvencia pero sin brillo, sin aspirar a hacer grandes cosas que pervivan en la memoria. Sin embargo “Perros de paja” no necesita grandes recursos porque está construída alrededor del conflicto permanente entre los personajes o entre personajes y entorno de modo que el espectador está siempre intranquilo a ver cómo se resuelven los diferentes enfrentamientos. En cierto modo, la sensación que sobrevuela continuamente la película (al menos en mi caso) es la de intranquilidad, de estar en permanente alerta porque nadie es quien dice ser y todos ocultan su verdadera cara tras máscaras de cinismo, odio o mentira que van cayendo poco a poco. Ayuda el hecho de que no es difícil que una, varias o todas las situaciones que viven los protagonistas no nos resulten del todo ajenas. Veamos. Una pareja de urbanitas acomodados van a arreglar unos asuntos personales al pueblo natal de la chica ubicado en la América profunda donde todo el mundo va armado, todo el mundo resuelve sus diferencias a palos, hay caimanes donde menos te lo esperas y es imprescindible moverse en ranchera para ir de tu casa a la del vecino más cercano.

Vale que aquí no hay caimanes, pero si sois gente de ciudad todo lo demás es posible vivirlo sin más que irte un fin de semana al pueblo de tu pareja. Inevitablemente empiezan las miradas inquisitivas y los cuchicheos hacia tu ropa, tu coche o tu trabajo. Las preguntas incómodas de tu familia política. Los encuentros con viejos amigos, conocidos o examores de tu pareja. “Perros de paja” refleja ese ambiente con sobriedad y corrección. Tanto si lo has vivido como si no, es fácil identificarse con los protagonistas, sobre todo con él y sus inquietudes, sus meteduras de pata ante el choque cultural y las humillaciones a las que se ve sometido por ser el extraño, el nuevo, el diferente. La inseguridad al ver que eres totalmente distinto al típico ex que es un líder en su reducido mundo. En este sentido, Lurie, el habitualmente sin sangre Lurie, el normalmente gélido Lurie, se muestra inteligente para identificar la historia como su principal activo y sólo la refuerza con los elementos más axfisiantes y encabronadores de la atmósfera de los estados del Sur de Estados Unidos: la humedad, el calor, las enormes distancias, la autoridad que se lava sistemáticamente las manos para evitar enfrentarse a los poderes locales. Un cóctel explosivo que evoluciona poco a poco hacia situaciones extremadamente sangrientas de una forma creíble y agradable.

Sí, agradable. Lo que en otras manos o con otra base sería una paja mental o un despiporre gore, funciona en esta película que juega acertadamente con un disfrutable placer culpable al ver cómo al debilucho le sale la vena asesina. Me quedo con ganas de ver lo que hizo Peckinpah con este material, pero esta “Perros de paja” de 2011 es perfectamente recomendable.
OsitoF
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow