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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Western. Acción Arizona. Con la esperanza de conseguir una recompensa que le permita evitar la ruina de su rancho, Dan Evans (Christian Bale) decide colaborar en el traslado del peligroso forajido Ben Wade (Russell Crowe) hasta un pueblo, donde deberán coger el tren de las 3:10 para llegar a la prisión de Yuma. Remake del film de 1957 de Delmer Daves. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué les pasa a los western de hoy día? ¿Por qué esas ganas de cagarla al final? Como ya comenté en su correspondiente crítica, “Seraphin Falls” me hizo ver que las técnicas cinematográficas de hoy día pueden hacer una peli de vaqueros más vistosa y espectacular que las de antes, pero que salvo contadas excepciones no pueden resistir el enfoque comercial de terminar dando al espectador el desenlace que supuestamente desea ver, por brusco e inverosímil que sea el giro que haya que dar para llegar a él.

No digo que los western clásicos no dejen de ser novelescas pelis de aventuras, pero sus tramas estaban perfectamente orquestadas para que el bien triunfase sobre la injusticia de una manera coherente y natural. En los últimos años, en cambio, salvo cuando Clint nos ha hecho joyas como “Sin Perdón” o “El jinete pálido”, las películas del Oeste se han centrado en ambientar las miserias de la vida en aquellos parajes dejados de la mano de Dios y en sus antihéroes, llegando a finales anodinos o a finales con algo de acción forzada que intentan justificar el tostonazo previo.

Durante hora y media, “El tren de las 3:10” tiene todo lo que se le puede pedir a un western: un bueno con problemas, una justicia débil a merced de los matones, unos malvados que amenazan sus tierras, cuatreros malísimos, un malo con buen corazón, asaltabancos… (no en vano se trata de la revisión de una película en blanco y negro de los años cincuenta que no he visto) pero con caras famosas de hoy día (sin desmerecer a Van Heflin y Glenn Ford) y la ambientación y realismo en los tiroteos que está tan de moda.

Es cierto la película carece de chispa y en cierto sentido de ritmo (me explico, hay mucho tiroteo y tal, pero no como una parte integral de la historia, sino como una forma de ir quemando etapas de un viaje ya hecho miles de veces y repleto de lugares comunes: que si el desfiladero, que si los indios, que si el asalto a la diligencia… de manera rutinaria, porque el guión original dice que hay que pasar por ahí y pasamos por ahí), pero como Bale es un pedazo de actor y Crowe un tío con carisma, el tren a Yuma va tirando para delante sin momentos para la gloria pero manteniendo el interés.

El cuarto de hora final es otro cantar. Desconozco cómo está resuelto en la película original y me da lo mismo, porque es decepcionantemente infantil a más no poder… y lo que es peor, no es creíble. ¿Para qué tanta molestia y gasto en atrezzo, pólvora y ambientación si no hay quien se crea el repentino cambio de personalidad y motivación de los personajes? Una lástima, de lo que hubiese sido una película de ocho, se queda en un cinco pelado.
OsitoF
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