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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Drama Cuando Mark Schultz (Channing Tatum), medallista de oro olímpico, es invitado por el rico heredero John du Pont (Steve Carell) a su magnífica mansión para ayudarle a crear un campo de entrenamiento de alto nivel en el que preparar a un equipo para los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, Schultz dice que sí inmediatamente. La razón es que allí espera poder concentrarse en los entrenamientos y evitar así que su hermano Dave (Mark Ruffalo) ... [+]
11 de marzo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impecables interpretaciones de Steve Carrell, Channning Tatum y Mark Ruffalo para escenificar un drama psicológico basado en unos hechos reales de finales de la década de los ochenta, cuando un excéntrico y malcriado millonario llamado John du Pont se empeñó en montar un equipo de lucha libre que compitiera en los JJOO de Seúl, generando un triángulo de sentimientos homoeróticos mal entendidos y emociones familiares encontradas entre du Pont y los entrenadores (los hermanos Schultz). Como era de esperar, la cosa acabó lo suficientemente mal como para salir en las noticias locales de Wisconsin, Oregon o por ahí, pero no para trascender mucho más allá porque en un país como EEUU, un asesinato en un remoto estado relacionado con un deporte minoritario como es la lucha libre no pasa de anécdota.

Pero hete aquí que Bennett Miller, la antítesis de Michael Bay, el hombre capaz de quitarle la gracia a un guion de Aaron Sorkin (“Moneyball”), el director que no deja que el tedio le impida llevar a la pantalla una historia coñazo (“Truman Capote”), el visionario que sacó el lado aburrido de George Clooney en los anuncios de Nespresso, vio en el suceso la oportunidad de calentarnos la cabeza con una “Foxcatcher” tan arriesgada como revolucionaria. Arriesgada porque cuando ruedas un docudrama conviene que la gente le suene el tema, ya que es una de tus grandes bazas. Y revolucionaria porque tiene el discutible honor de ser de de las pocas películas con el sello «basada en hechos reales» que narra acontecimientos que no le interesan a nadie salvo, probablemente, a du Pont, los Schultz y - quizás- sus respectivas familias.

Pues nada, MIller se lanza a calzón quitado con el previsible resultado. Decir que cuesta conectar con “Foxcatcher” es quedarse corto. “Foxcatcher” pone todo de su parte para que no tengas ganas de acercarte a ella ni con un palo. Sumamente descriptiva, Miller no ahorra en detalles y matices de toda índole a todas luces innecesarios. La esencia de la película se resume en dos frases y a él le lleva dos horas largas llenas de viajes de un lado a otro, interminables secuencias de lucha, miradas y silencios, muchos silencios. Todo para ofrecernos perfiles psicológicos de unos personajes supuestamente complejísimos, pero que cualquiera a los cinco minutos puede etiquetar con simples ‘tarado’, ‘tolay’ y ‘pagafantas’.

Sobrevalorada, como su director, hay que reconocer que “Foxcatcher” está bien ejecutada en todos los aspectos técnicos y, sobre todo, muy bien interpretada, lo que la convierte en una de esas películas a las que pones buena nota y recomiendas no ver.
OsitoF
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