Solo un auténtico especialista del cine comercial sin complejos como Stephen Sommers podría engendrar una mezcla imposible de “Entre Fantasmas”, “Buffy Cazavampiros” y “Melrose Place” y que cristalizase en algo decente como esta “Odd Thomas, cazador de fantasmas”, una interesante película donde lo normal y lo paranormal van de la mano con una combinación equilibrada de humor, seriedad, amor, drama e intriga. Y cuesta creerlo viendo la sinopsis, propia de una serie cutre de SyFy, pero se nota la mano del mencionado Sommers (que después de esta película desapareción inexplicablemente del mapa), un hombre al que la realidad nunca le estropea una buena secuencia de acción, aunque tenga que inventarse ballestas ametralladoras como en “Van Helsing”, Perros-esfinges como en “La momia” o reinventar la franquicia “G.I.Joe”. Un hombre que nunca dice no a improvisar dos líneas adicionales de guion para acoger un efecto especial de última hora. Se intuye que Sommers contagió con su entusiasmo y energía habituales a un elenco normalito, con el malogrado Anton Yelchin y Willem Dafoe a la cabeza, para hacerles creer que un proyecto tan ecléctico como este podría funcionar.

Y termina funcionando. En todos los sentidos. El despropósito argumental queda oculto tras una historia muy sólida plagada de sorpresas, algunas de ellas muy, muy atrevidas, que se desarrolla con la agilidad propia de un episodio de serie de TV pero con los medios y una agradable ambientación propia de una producción cinematográfica competente. Por increíble que parezca, consigue integrar elementos que la hacen interesante a espectadores de diversos perfiles y edades. No cuesta nada engancharse a una trama donde lo paranormal es un medio para reforzar y enriquecer la historia, no un fin en sí mismo para dar sustos o presumir de efectos especiales. De hecho, a nivel visual y digital, “Odd Thomas, cazador de fantasmas” es bastante contenida y no utiliza más efectos de los estrictamente necesarios, haciendo que a pesar de toda su carga de ficción, todo discurra por los cauces normales de lo que aparentemente podría ser una historia de aventuras adolescentes.

Buena en todos los sentidos, interesante en general, fácil de ver y, sobre todo, muy superior a las expectativas que uno pudiera generarse con el tráiler o la ficha.