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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
6
Fantástico. Terror En una isla perdida en medio del océano, dos hombres se defienden, noche tras noche, resguardados en un faro, del asedio de unas extrañas criaturas marinas. Sometidos a la extrema tensión, sin entender las razones del ataque, tendrán que replantearse cómo enfrentarse a lo desconocido. Adaptación de la exitosa obra de Albert Sánchez Piñol. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de hablar de la película, hay que hablar del enigma de Aura Garrido. En 2017 Garrido estaba en todo el foco del candelero gracias a su participación en la exitosa (y, a partir de la segunda temporada, un poco sobrevalorada) serie de TVE “El ministerio del tiempo”, un buen y seguro papel que le garantizaba fama y buenas críticas. Cuando dejó la serie por sorpresa para «abordar nuevos desafíos» muchos pensamos en un salto al cine más allá del Atlántico (idioma y condiciones no le faltaban) o, como mínimo, más allá de los Pirineos. Por eso me ha sorprendido tanto repasar su filmografía y encontrármela llena de, en general, series y películas españolas de bajo fuste. Y particularmente en esta “La piel fría”, una producción tan endogámicamente catalana como sólo puede serlo el cine de esa comunidad.¿Qué pensará Aura al echar la vista atrás? ¿Le mereció la pena no encasillarse en su papel de Amelia Folch para terminar haciendo de bicho irreconocible bajo mil capas de maquillaje? ¿Sabía dónde se metía? ¿Le ha compensado?

En fin, que me picaba la curiosidad y he querido compartirlo. Por la parte que le toca a “La piel fría”, es un tostón de mucho cuidado al que, personalmente, no le encontré mucho sentido. Se entiende todo, eso es cierto, pero no termino de entender qué quiso contar ni por qué ni para qué. Pero ojo, no está exenta de ciertas virtudes. La que más llamó mi atención fue el hecho de que, está basada en un relato de un escritor catalán contemporáneo y, sin embargo, es capaz de captar toda la esencia de los relatos de terror del siglo XIX donde los miedos tenían unas naturalezas completamente distintas a las de ahora. Hoy día entendemos por terror una monja fantasma, un exorcismo, una muñeca poseída, sustos a todo volumen… pero hace dos siglos, el miedo estaba en lo desconocido, en la soledad, en la superstición.

“La piel fría” se mete ahí, en la prueba a la resistencia y cordura mental de un joven farero atrapado en una isla donde cada noche unos monstruos marinos atacan su faro-prisión-fortaleza a la vez que tiene que compartir espacio con la única persona de la isla con la que puede intercambiar palabras, su compañero farero, quizá un monstruo peor que los que salen del mar. La atmósfera de locura impregna continuamente la pantalla en medio de un notable ambientación y una fotografía meritoria. Es cierto que, como suele pasar con las películas que abarcan mucho, aprieta poco. Aunque la ejecución es notable, los personajes no terminan de estar definidos y sus comportamientos impredecibles rayan en lo errático, tan pronto son aliados como son los peores enemigos, se juntan y se separan según oportunas conveniencias de guion.

Entretiene por la parte que toca a la acción, pero aburre cuando entra en el mundo de la psicología de la soledad o cuando pide posicionamiento moral al espectador ante ciertos dilemas éticos. Y, desde luego, no da miedo si es lo que pretendía presentándola en el Festival de Sitges.
OsitoF
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