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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
5
Drama. Romance Cuando el escritor Mateo Blanco (Lluís Homar) viajaba con Lena (Penélope Cruz), la mujer de su vida, sufrió un accidente de coche que lo dejó ciego. Harry Caine es el pseudónimo con el que firma sus trabajos literarios. Como director de cine usa, en cambio, su nombre real. Harry Caine vive de los guiones que escribe gracias a la ayuda de Judit García (Portillo), su antigua y fiel directora de producción, y de Diego (Tamar Novas), el ... [+]
27 de febrero de 2010
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué quereis que os diga? Puede que haya personas objetivas capaz de separar la vida pública de la cinematográfica y hacer críticas imparciales, pero eso no va conmigo. No puedo valorar “Los abrazos rotos” teniendo en cuenta exclusivamente a Almodóvar el director de cine y obviar a Almodóvar el personaje, el divo, el animal político capaz de decir que los Goya están amañados o proclamar en una rueda de prensa en el extranjero que el rey Don Juan Carlos detuvo un golpe de estado de José María Aznar documentándose en un foro de la edición digital de “El País”.

Pero, en fin, haré lo que pueda.

Almodóvar y “Los abrazos rotos”, son la manera cinematográfica que tiene Pedro de decir a los cuatro vientos que “para chulo yo y para guapa mi madre”. Vamos, que le da lo mismo lo que diga la Academia del cine española, la Academia del cine americana, la prensa, la crítica y la frutera de la esquina… él hace lo que mejor (¿y lo único?) sabe hacer y al que no le guste, que reviente. El típico triángulo amoroso, extremo, dramático… y con olor a ajo. Los habituales planos puntuales cuidados con mimo y rodados tras meses de búsqueda de los exteriores y los momentos apropiados… que se diluyen unos segundos después en la chirriante estética retro del Almodóvar de hacer quince años. Los tradicionales actores y actrices de primera línea que pierden el culo por ser “chicos/chicas almodóvar”… con interpretaciones de desigual nivel junto a su incombustible fetiches Chus Lampreave.

Vamos que, como se ve, hasta aquí “Los abrazos rotos” no sería más que una película intrascendente construida en torno a un argumento atractivo y un par de momentos de inspiración rodada con el único fin de presentarla a los Goya (donde si pierdes siempre puedes decir que son una panda de endogámicos lacayos del gobierno, se supone que más aún que él), a los Oscar (todavía no entiendo por qué está Pedro de moda por allí) o a los César (aquí sí me encaja que guste el cine de Pedro). Pero Pedro es mucho Pedro. Jamás hará una película de una hora si puede contar lo mismo en dos. ¿Y cómo rellenar esa hora extra? ¿Con esfuerzo y talento? ¿Con una subtrama complementaria y un desenlace nunca visto? Pue no… mucho mejor dedicar esa hora extra a hacerse un autohomenaje que exalte el cine de sus orígenes. Aprovechando que su reputación ha crecido desde entonces, ha debido de pensar que este era el momento de dar bombo a su cine del pasado e intentar que las nuevas generaciones tengan acceso a él y que los que en su día nos pareció una patochada, le demos otra vuelta. Pues vale, está en su derecho de imponernos lo que nos tiene que gustar y lo que no… y yo en mi derecho de decir que sus películas eran malas y ahora tienen un pase... aunque ni la décima parte de lo que él piensa que valen.
OsitoF
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