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Voto de Felipe Larrea:
8
Drama Don Jaime (Fernando Rey), un viejo hidalgo español, vive retirado y solitario en su hacienda desde la muerte de su esposa, ocurrida el mismo día de la boda. Un día recibe la visita de su sobrina Viridiana (Silvia Pinal), novicia en un convento, que tiene un gran parecido con su mujer. Basada libremente en la novela "Halma", de Benito Pérez Galdós. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Viridiana" me gusta y me pone de mala hostia simultáneamente. Es moderna y exigente con el espectador, puesto que cuando la vi con 20 años (y no han pasado ni diez desde entonces) no entendí nada. Moderna por sus bizarras obsesiones, su fino humor negro y su habilidad para asomarse al precipicio del ridículo sin caer nunca en él. Moderna también por su influencia en el cine de hoy. ¿Qué sería de Lars Von Trier y sus historias de ingenuas beatas lanzadas a los leones de la sociedad ("Rompiendo las olas", "Bailar en la oscuridad", "Dogville"…) si Buñuel no hubiera contado exactamente lo mismo 40 años antes?

Ahí está lo que me cabrea: se adora a estos grandes autores con devoción mariana cuando el mensaje de sus películas es que vivir en sociedad corrompe. Que no me los vendan como agentes del cambio, artistas comprometidos y luchadores por la libertad, cuando su cine es un monumento al cinismo. Por cada "Viridiana" se podrían rodar diez películas glosando los avances de la humanidad a través de la historia, pero entonces la crítica no se postraría ante sus pies para recibir su ración de "cockslap".

Hay que añadir además el desprecio por las clases bajas. El tío es inmisericorde a la hora de retratar a los pobres. Dice en los extras Carlos Saura, amigo suyo durante muchos años, que el de Calanda decía que “cómo no van a ser malos los pobres, si tienen que robar para comer”. Buñuel procedía de la burguesía, así que me da que sus ganas de cambiar el mundo venían del deseo de apartar de su vista a los más desfavorecidos. Menos mal que militaba en el partido comunista y vivía en el exilio, porque si no alguno lo mismo le calificaba de facha. En el fondo, atando cabos, no me extraña que Lars Von Trier diga que Hitler ni tan mal. En resumen, después de ver "Viridiana" vamos a ser todos personas un poco peores.

Volviendo a lo bueno, me resulta deliciosa la capacidad de este cine, no sé si calificarlo de anti-franquista, para crear metáforas visuales que sortearan la censura. Hay ejemplos a patadas, como esa genial última cena que mezcla el desprecio a la religión y al lumpen a partes iguales. O esa partida de tute turbia, turbia, turbia.

Así pues, no le niego el talento a Buñuel, que lo tiene a espuertas, pero me cae mal. Tan esnob, tan elitista, tan de izquierdas… Siempre he preferido a Berlanga, pero de qué me voy a extrañar, si también prefiero los Beatles a los Stones y a Oasis frente a Blur.
Felipe Larrea
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