Escuadrón Suicida seguramente fuese una película deseada que se transformó en una gran decepción. Personalmente, no conozco mucho acerca de sus orígenes, no admiro el mundo del cómic, y aunque trate de analizarla desde una perspectiva objetiva y real, dudo que propios o extraños hayan quedado satisfechos con el resultado final.

El problema es que es una cinta maltratada con desgana, que parece decirnos "eh, hemos llevado al cine esto, tragad con ello". No ofrece nada que no se haya visto antes, agraviado por carecer de estructura, resultando completamente aburrida, tediosa e incluso excesivamente larga para lo que trata de contarnos. El guión por momentos es tan simple, que se convierte en una sucesión de acontecimientos sin apenas descubrir detalles de la trama. La dirección es pobre y de tempo desordenado, donde la cinta no arranca, la presentación de los personajes -villanos convertidos en ositos de peluche-, demasiado precipitada y absolutamente carente de un trabajo previo con la imposibilidad de empatizar en ningún momento con alguno de ellos: el personaje de Viola Davis no es nada creíble, Will Smith está seco, el Joker de Jared Leto, circunstancial, altamente desaprovechado y, directamente, el resto han sido marginados de forma cruel, salvo una pequeña luz que asoma sobre Margot Robbie -que nos sedujo a todos en el Lobo de Wall Street-, y que ahora salva los muebles interpretando a Harley Quinn.

Teniendo en cuenta el material que tenían entre manos y la nula emotividad que puede llegar a transmitir a sus fans, el suspenso es bien merecido. El montaje de la cinta es penoso, con un par de malgastados flashbacks recubiertos en escenas de acción que tampoco parecen gran cosa, con efectos limitados en un completo visual mediocre. Para remate final, los diálogos se tornan ridículos y carentes de gracia alguna. Se salva el maquillaje y el vestuario, pero para entonces el sinsentido es de tal magnitud, que al final de la historia no tenía muy claro por qué y para qué combatían, en un desenlace lamentable digno de una secuela que tratará a sus fans como a idiotas. En definitiva, un entretenimiento que no entretiene por mucha sal que le eches a las palomitas.