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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
6
Terror. Intriga. Thriller Janet estudia en una escuela privada. Sus noches se ven perturbadas por horribles sueños en los que ve a su madre, que se encuentra recluida en un asilo psiquiátrico. Expulsada del colegio, a causa de sus persistentes pesadillas, Janet regresa a su casa, donde los sueños continúan. (FILMAFFINITY)
8 de noviembre de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran director de fotografía donde los haya, Freddie Francis también dirigió un puñado de películas, la mayoría pertenecientes al género de terror. Sus mejores logros se encuentran en los principios de su carrera como realizador, bajo el patrocinio de la Hammer. Si el otro día hablaba de El alucinante mundo de los Ashby, hoy le toca el turno a El abismo del miedo (Nightmare), dentro del subgénero de terror psicológico que desencadenó Hitchcock a partir de su magistral Psicosis. Janet tiene unas pesadillas espantosas, en las que ve a su madre dispuesta a matarla con un cuchillo, tal como hizo con su padre. Pero la madre se halla recluida en un asilo. De vuelta a casa, sabremos que sus tutores la han empujado hacia la locura para hacerse con la herencia. Pero la tutora enseguida empieza a ser presa también de pesadillas... Con una cámara fluida y elegante, que se pasea por la siniestra mansión en un blanco y negro resplandeciente (la dirección de fotografía de John Wilcox es calcada a la de Francis; hay que repasar las cintas en B/N de la Hammer para ver lo bien que utilizaban este tipo de fotografía, con independencia de que el guión fuera mejor o peor). Y hablando de guiones, el de Nightmares pertenece al incansable Jimmy Sangster, quien siempre osciló entre lo infausto y lo correcto, sin más. Eran los realizadores quienes le sacaban las castañas del fuego, porque Jimmy nunca fue una lumbrera, que digamos. Trabajador y entregado, sí, pero sus dotes literarias dejaban mucho que desear. Con un grupo de actores poco menos que desconocidos, la película avanza hacia su (ya intuido) final y proporciona una velada de honrado y agradable entretenimiento. Tal debía ser su propósito, y así sucedió. Para fans de Hammer Films y amantes del género.
Eduardo
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