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España España · Madrid
Voto de Charles:
8
Fantástico. Acción. Comedia La vida del Dr. Stephen Strange cambia para siempre tras un accidente automovilístico que le deja muy malheridas sus manos. Cuando la medicina tradicional falla, se ve obligado a buscar esperanza y una cura en un lugar impensable: una comunidad aislada en Nepal llamada Kamar-Taj. Rápidamente descubre que éste no es sólo un centro de recuperación, sino también la primera línea de una batalla en contra de fuerzas oscuras y ocultas ... [+]
28 de octubre de 2016
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
De un tiempo a esta parte, el cine se está convirtiendo en la gran biblioteca comiquera.
Superhéroes, vengadores y viñetas llevan saltando a la gran pantalla casi desde siempre, pero podría decirse que se han mantenido dentro de unas constantes de identidad.
Pero de vez en cuando, y gracias ahora sobre todo al gran "boom" del género, llega una especialidad de la casa. Uno de esos cómics que sólo los aficionados conocen. Uno de esos relatos que fue fraguando una maravillosa mitología a espaldas del gran público, y es ahora cuando vuelve para sorprenderles.

'Doctor Extraño' es uno de esos.
Un increíble cómic en el que la magia, las dimensiones alternativas y los demonios antiguos se dan la mano con los superhéroes y el colorido de páginas en grapa.
En su salto a la gran pantalla, y avalada por el éxito de sus compañeros, todo eso se transforma en una fascinante aventura, que sobrepasa cualquier imaginación a fuerza de romper los límites temáticos de siempre, porque viajes astrales y ritos ancestrales no los hemos visto muchas veces.

Aunque antes de eso, toca conocer a Stephen Strange, un brillante neurocirujano con bien ganada fama y creciente arrogancia como principales señas de identidad. Hasta la fatal noche en la que, planeando su siguiente gran operación, sufre un accidente de coche que le deja las manos lisiadas.
Ya hemos visto demasiadas historias de orígenes como para no saber los derroteros que toman, a saber, el repelente de siempre recibiendo una lección de humildad, pero a su favor hay que decir que aquí saben tocar las mejores teclas: construyendo a Stephen desde la más absoluta humanidad, dejando que notemos su desesperada situación en los ojos de su compañera Christine y no en sus ariscos gestos, que buscan agarrarse a algún tipo de fortaleza ya perdida.
Será entonces cuando decida viajar a Katmandú, en busca de un extraño método de curación relacionado con algún tipo de organización secreta. Hay que querer el enorme trabajo de síntesis hasta entonces: Scott Derrickson da una cucharadita de espectacularidad lisérgica al principio, y después nos pide paciencia, hasta que conozcamos al hombre tras el apellido Strange, de la manera más profunda y breve posible.

Una vez en el monasterio de la Anciana se revela el misterio, de que la curación no viene del cuerpo, sino de la mente. Otra enseñanza que sigue lugares comunes, pero que nuevamente vemos desde otro punto de vista: el que nos lanza a un alucinante recorrido por los mundos del más allá, en un torbellino multicolor imparable dejándonos hambrientos de más, casi tanto como a Stephen.
Él tiene el tiempo y las ganas, pero le falta el espíritu. Esa cosa que, aprendemos pronto, se forja en adversidades, en obstáculos insalvables, y finalmente en tomas de conciencia sobre el lugar que ocupamos en las vidas de los demás.
Stephen Strange estaba roto, pero de espíritu antes de que le tocara a sus manos.

A toda la maquinaria de caídas y piruetas espectaculares por auténticas ensaladas de perspectiva, sin embargo, les sigue de cerca el progresivo entendimiento del Doctor del mundo en el que se está metiendo.
Un mundo místico incierto, de límites difusos, donde existen demasiados maestros exclamando qué es lo correcto, cuando la propia magia puede crear ilusiones tan veraces como cualquier realidad.
El lugar del Doctor Extraño en esa "guerra mística", como él la llama, será de lo más importante, por estar en el lugar exacto entre ciencia pura, verdad demostrable, y relativismo mágico, total alteración de la realidad. Una posición que le hará no sólo objetivo de enemigos como Kaecilius (al que Mads Mikkelsen intenta dotar de tenebrosa alma), sino también digno de las confidencias de una Anciana que, por fin, entiende que hay pasos espirituales donde la magia está de más.

Reconozcamos el mérito a Marvel.
Por creer ciegamente que cada personaje de su catálogo merece un hueco en el audiovisual moderno. Y por, de vez en cuándo, jugar a descubrir personajes y mundos tan fantásticos que cuesta pensar que hayan tardado tanto en adaptarse.
Esta vez los magos han sido ellos, con permiso del Hechicero Supremo.
Charles
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