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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Thriller. Intriga Jordan (Halle Berry), una operadora telefónica de la policía, asiste a una tragedia mientras atiende una llamada. Algún tiempo después, tendrá que superar su miedo para intentar salvar la vida de Casey (Abigail Breslin), una joven que ha sido secuestrada por un asesino en serie. La llamada de la joven, le recuerda aquella otra que la dejó traumatizada. (FILMAFFINITY)
19 de octubre de 2017
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Resulta revelador el primer vistazo a la trastienda de los números de emergencia: sólo son llamadas como otras cualquiera, miles de millones, entrando a cualquier hora y siendo atendidas por alguien que tiene pausas para el café.
En un segundo, toda la dimensión salvadora que les podrías dar se esfuma, y te das cuenta de que la mayoría de accidentes, robos o secuestros no tienen nada de especial cuando se oyen 24 horas al día.

Por eso resulta tan interesante la propuesta de 'La Última Llamada': en ese ambiente de oficina cuyo éxito se balancea entre perfecta racionalización y nula respuesta emocional, la operadora Jordan Turner se ve obligada a desequilibrar su balanza.
Podría haber hecho eso, podría haber hecho lo otro... da igual, no importa, no te preocupes, siempre pasa.
Eso es lo que le dicen, y ella ya sabía eso. Pero nadie te prepara para ser la diferencia entre la vida y la muerte, cuando tienes clara la teoría pero por un segundo de empatía jorobas toda la práctica.

El desafío de Jordan es el más interesante a partir de entonces: una operadora con prestigio ganado, que para cerrar su propia redención personal va a tener que introducirse a contrarreloj en la misma situación que la marcó de por vida.
En un ambiente de frías respuestas y lógicas consecuencias, Jordan, a la desesperada, elige meterse de lleno a salvar una vida, sólo porque le recuerda aquella misma vez que su empatía provocó perder otra.
Su voz y seguridad son las que guían al espectador en una frenética jungla de asfalto, y también guían a Casey, la víctima secuestrada, a través de la desesperación absoluta frente a su terrorífico depredador.

Más allá del impresionante ejercicio de suspense sostenido, hay que destacar ese retrato de Los Ángeles cortado a machete por zooms, virajes y cámaras secundarias: un lugar en el que pasa todo y a la vez cualquiera podría aparentar que realmente no pasa nada.
Nadie se habría dado cuenta de que una adolescente ha sido literalmente cazada a plena luz del día en el parking de un centro comercial, e igualmente nadie tendría por qué haberse enterado de su agonía con el secuestrador hasta que semanas más tarde encontraran su cuerpo en alguna cuneta.
Es por eso por lo que la ininterrumpida conversación entre Jordan y Casey pasa a ser algo más, una dura hazaña escondida a plena vista, algo que podría haber sido otra estadística y sin embargo una operadora intenta evitar por todos los medios que no sea así.

De lo totalmente impersonal, acabamos en terreno muy personal.
Y cualquiera diría que está en estos arrebatos en contra de todo protocolo la verdadera razón de por qué necesitamos gente que, de vez en cuando, se atreva a ser la diferencia entre la vida y la muerte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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