Lo primero que pensé es por qué está siempre en silla de ruedas el pobre Stewart, ¿no existían muletas en 1954?, luego pensé si en ese año no había televisión, mejor eso que mirar por la ventana. Pero claro, Stewart es un mirón, un voyeur despreciable se mire por donde se mire. Bien, hago el intento de pasar por alto todo ello y centrarme en la trama, espero, sigo esperando, el maestro del suspense se hace esperar, aparece grace Kelly (por fin algo destacable, no es poca cosa), sigo esperando sin muchas ganas y al final hasta me derrumbo por la estupidez de ver cómo se intenta frenar a un tío que entra en tu casa a base flashes. Siento no poder valorar la fotografía y esos planos virtuosos de excelente composición. ¿Hitchcock porque sí? Pues yo digo que no. Aquí, en "La ventana indiscreta", decepción y ni rastro de suspense. La trama es justísima, aburre y las incoherencias van cogidas de la mano de las estupideces (¿cómo se le ocurre a una refinada Grace Kelly colarse en el piso del asesino? Una estupidez...)

Siento no coincidir con aquellos que me la recomendaron. Sobre gustos no debe haber disputas, estas son mis razones.