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Cuba Cuba · Barcelona
Voto de Luisito:
7
Drama En un pueblo campesino no muy lejos de Tokio, Akaza y su esposa Riki se preocupan por el porvenir de sus hijos. Inokichi, el primogénito, es vago y pendenciero. De las dos hermanas, la mayor, Mon, está en Tokio, y a la menor, San, intentan casarla con un comerciante local. Mon aparece un día anunciando que está embarazada. Inokichi, encolerizado, pelea con su hermana, a pesar de que ambos se llevaban muy bien durante la infancia. (FILMAFFINITY) [+]
26 de agosto de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegar aquí conociendo la lección es una ventaja: saber de qué va el cine de Naruse, haber indagado en su filmografía y haberse empapado de sus melodramas antes de llegar a "Hermano y hermana". Para ese año 1953, por suerte para todos, lo mejor estaba por llegar. No obstante quedan claras las grandes directrices de su cine, sus líneas maestras ya están definidas y de esos grandes conceptos o temas no escapa "Hermano y hermana".

La vida empuja, siempre, sin remedio, a todos sea cuales sean los problemas o el contexto. Para esta familia japonesa que ha sobrevivido a una guerra las dificultades tienen que ver con dilemas morales, con la complicada tarea de superar la tradición y acercarse a nuevas maneras de entender la vida. Las mujeres, eso siempre, son las protagonistas. Si ellos son unos holgazanes, unos bebedores o unos buscapleitos, que nadie los juzgue. Eso sí, ellas buscan el amor con el vecino de al lado y ha de estar aprobado y consentido por la opinión general. Dos hermanas y un hermano, dos padres, muchas vidas que de una manera u otra se cruzan y una idea que es denominador común en el cine de Naruse: ante las adversidades no queda otra que sobreponerse.

La película está llena de caminos, incluido ese río que tantas veces aparece. Caminos de tierra, trenes o carreteras, porque todo fluye, como el cine del director, que con su admirable sensibilidad nos lleva de la mano junto a una familia común que lucha por permanecer por el camino correcto. Hay picos de intensidad y hasta de cierta brutalidad que Ozu jamás usaría, pero es que esto es Naruse, y él hacía su propio cine. No tiene problemas en enseñar la propia crueldad de esos problemas, sin elipsis, sin elusiones. Así que hay gritos, reproches directos, llantos y hasta violencia.

Pero la mujer, ay la mujer de Naruse!!! Pocos han defendido como Naruse la importancia de la mujer en la vida, en la realidad!!
Luisito
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