Media votos
5.6
Votos
3,878
Críticas
2,317
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Luisito:
9
11 de febrero de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Necesito escribir sobre "Cuando pasan las cigüeñas", decir que es buena hasta decir basta, dar mis explicaciones (no sé si sabré) y presentarla como una de esas joyas de las que tanto se habla cuando rebuscamos en el pasado. El contexto de la URSS para el año de su realización es lo de menos, no importa si es época de desestalinización y sobre todo da igual si es mirarse al ombligo. También los USA miran el suyo y eso no quita que pueda hacerse cine de calidad si se tienen cualidades. Mikhail Kalatozov realiza un concierto de cámara (esta definición es precisa, y no es mía, claro) que es para quedar satisfecho y contento el día que toque verla y los siguientes. Recuerdo "Soy Cuba" y me dan ganas de buscar por los rincones de la red más cine de este caballero ruso. O no, tal vez me quede aquí. El caso es que la historia que aquí se nos cuenta es completísima, se cimenta en un guión sencillo pero eficaz y sobre todo, las imágenes deslumbran, brillan, conmueven.... Una maravilla.
Iré al spoiler a tirarle los trastos por una escena muy concreta, no explica mucho de la trama pero mejor que quede oculto porque esa escena es una gozada, inolvidable. Así pues, sean cigüeñas o grullas (en mi caso he visto la versión subtitulada y hablan de grullas) la película toca el suelo, la tierra por la que el soldado se mueve intentando sobrevivir, el asfalto de las calles de Moscú y el piso de las viviendas en las que puertas adentro se sufren dramas humanos tremendos. Lo del manejo de la cámara sería lo de menos si fuera algo únicamente vehicular, pero con Kalatozov es imposible no quedar prendado por su virtuosismo. A ello le añadimos un drama humano que podemos hacer nuestro y a disfrutar. Sin prejuicios, se trata de contemplar y dejarse llevar.
Da tiempo en sus poco más de noventa minutos para juzgarla a ella (eso lo primero), para entender sus actos y defenderla (o no), para maldecir a la guerra y sobre todo para llegar a la conclusión que si el cine vale la pena es por películas bien hechas como esta soviética, películas hechas con alma, con oficio también, que nadie debería perderse.
Iré al spoiler a tirarle los trastos por una escena muy concreta, no explica mucho de la trama pero mejor que quede oculto porque esa escena es una gozada, inolvidable. Así pues, sean cigüeñas o grullas (en mi caso he visto la versión subtitulada y hablan de grullas) la película toca el suelo, la tierra por la que el soldado se mueve intentando sobrevivir, el asfalto de las calles de Moscú y el piso de las viviendas en las que puertas adentro se sufren dramas humanos tremendos. Lo del manejo de la cámara sería lo de menos si fuera algo únicamente vehicular, pero con Kalatozov es imposible no quedar prendado por su virtuosismo. A ello le añadimos un drama humano que podemos hacer nuestro y a disfrutar. Sin prejuicios, se trata de contemplar y dejarse llevar.
Da tiempo en sus poco más de noventa minutos para juzgarla a ella (eso lo primero), para entender sus actos y defenderla (o no), para maldecir a la guerra y sobre todo para llegar a la conclusión que si el cine vale la pena es por películas bien hechas como esta soviética, películas hechas con alma, con oficio también, que nadie debería perderse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En una de las primeras escenas la cámara sube por el hueco de las escaleras de un edificio, sigue el movimiento de nuestro protagonista Boris, recién enamorado, aún vivo. Esa escena es una maravilla. Pues bien, muy por encima quisiera destacar la escena del bombardeo, con el piano intacto, con la traición en la atmósfera, más infame él que ella por supuesto, que vive sin complejos su vida tras las líneas, alejado del frente, y se tira al cuello de una mujer indefensa, presumiblemente viuda. Han pasado un par de semanas desde que la vi y ya sé positivamente que es la tensión concreta de esos momentos de terrible bombardeo, con ese piano ahí tan bien puesto, lo que más recordaré de esta enorme película.