Esta liviana iteración de los Beatles en el mundo cinematográfico queda por debajo de otras de sus obras. El tono psicodelico y confuso alcanza aquí su maxima expresión, siendo la película una colección de escenas inconexas sin un guion aparente más allá de la idea del viaje en el autobús mágico. Así, la película se pierde en videoclips musicales que parecen ensoñaciones, siendo estos los mejores de la película, debido obviamente a la excelente música pero también a la propia originalidad y creatividad de las propuestas, con I Am the Walrus a la cabeza, una pequeña pieza de orfebrería mecánica en la que la absurda canción se acompaña de imágenes todavía mas absurdas, creando una sensación alienígena. Destacable también la escena del delicado striptease (lastima la censura) y el Blue Jay Way de Harrison.
Como puntos negativos, ni siquiera estan todas las canciones del album del mismo titulo, echándose de menos la maestral Strawberry Fields Forever, por ejemplo. Seria también de agradecer algo mas de coherencia narrativa, algo que uniera las diferentes escenas y videoclips. Aun con todo, admirable propuesta, creativa y desenfadada.