Sorprende que venga de USA una peli tan sexual, con tantos elementos del porno para desarrollar historias profundamente dramáticas que afectan a millones de personas: la imposibilidad de sentir el placer que se necesita, se desea o se fantasea que hay que sentir.

Y no se queda en bla bla bla, sino que va y lo muestra desde los primeros impactantes minutos, muy largos, por cierto. Quizás demasiado sexo para abrir boca y más de uno esperamos que siga en esa línea y no se entretenga tanto en dimes y diretes, pero es la audaz propuesta del director, ciertamente muy audaz, contar con situaciones explícitas bellísimas y desagradables, siempre reconfortantes porque detrás hay seres humanos que intentan hallar a través del sexo abrazos perdurables, profundos, que enriquezcan su vida. La automamada, lenta, exquisita, a través de un cortosionista extraordinario es de lo mejor que he visto en una pantalla, sobre todo teniendo en cuenta cómo empieza y cómo acaba y la preciosa lentitud con que se filma... pero también es muy interesant el sadomaso, las orgías explícitas e incluso el tragicómico trío...

Y todo un hallazgo el encuentro generacional entre el joven buscador de amor y el anciano melancólico.

Llena de perlas, puede pecar de ingenua en su lance final, demasiado previsible, pero aún así es un ejercicio notable de humildad, sensibilidad y sano desparpajo: al fin de cuentas es el sexo lo que nos mantiene vivos y tantas veces atormentados.