De la afable sonrisa al haré cualquier cosa con tal de que me pertenezcas para siempre.

Nada más morboso que el deseo de posesión enfermiza (toda "posesión" lo es, claro), entre amigos o entre enamorados, entre socios o entre vecinos: lo morboso, es decir, lo enfermo, es decir, lo que pretende abrirse camino sin el beneplácito del otro o de la otra, subyace en las relaciones más peregrinas, pero aquí se desata... y al fin, en el resbaladizo y demasiado a menudo monótono mundo del psyco thriller, el peligro lleva sexo femenino y va a por otra de su propio sexo, entre muchas otras cosas, para no desvelar el asunto.

Es una de las pelis de Schroeder más logradas, aunque aparente ser la menos personal. La pareja de actrices da la talla con creces, estupendas, como estupendamente logrado resulta el clímax de suspense y sensualidad que envuelve toda la película de principio a fin.