Lo fuerte de la película reside en el aspecto visual, que está realmente conseguido y tiene momentos impresionantes... a veces dudas si lo que estás viendo es animación o son personas de verdad. Por otro lado, la historia es muy infantil, lo que no quiere decir que sea mala, pero la parte del viaje en tren es un poco rollo, y la mayor parte de la emoción viene por las cuestas abajo que toma el tren y cosas parecidas, muy repetitivo todo en esta primera parte. Tampoco podían faltar las cancioncitas, que no faltan en está película, lo que la hace más infantil. El final ya es mejor, y mágico... En momentos como este, justo después de ver esta película, echo de menos aquella época, años atrás, en los que la navidad era tan mágica, tan especial... lo que daría por poder volver a sentir aquello, que espero que nunca se pierda del todo en mi y poder oír siempre el cascabel... Perdonad este sentimentalismo navideño, pero es que yo soy así. Y nada más, la película está bien, y supongo que mucho más para los niños.