Esta película es, en el aspecto estético, privilegiada por sus bellos paisajes con ese pueblecito gallego rodeado por la naturaleza... Tiene una bonita historia con Moncho que como cualquier niño quiere saciar su curiosidad, y las cosas que aprende de su maestro le fascinan. Contrasta la incultura de la gente con el pequeño conocimiento de Moncho, lo que demuestra que la gente del pueblo en esa época en España sabía más bien poco. Me ha gustado como se desarrolla la relación entre Moncho y su maestro, cómo se inicia con ese miedo del niño a que le pegue y cómo se van convirtiendo en inseparables amigos. Aparte de eso se añade a la historia el contexto histórico de antes de la Guerra Civil, y cómo cambian las cosas cuando ésta estalla. Y el final es muy emotivo, con el que se te puede escapar una lagrimita, además de ser un buen final que nos enseña que si creemos en algo hay que luchar por ello y no ser cobarde porque así no ganaremos. Una buena música por parte de Alejandro Amenábar y una muy buena interpretación de Fernando Fernán-Gómez completan esta gran película española.