Sin duda a aquellos que les fascinó la primera parte de Avatar les encantará esta segunda entrega, pues sigue la milímetro la idiosincrasia de su antecesora. Con una historia continuista y sin sobresaltos ofrece lo que promete, una dosis extra de navys, avatares y Pandora en general. Si bien muchas críticas negativas han venido por esta vertiente del film, no puede estarse aquí de acuerdo, pues su guion, pese a resultar previsible e intuitivo, sigue la línea y canon propio de su director, James Cameron, un cineasta de corte muy norteamericano.

Asimismo, tampoco se puede comulgar con aquellas críticas que ven en la narración del film un punto negativo, pues en absoluto es cierto que el metraje resulte lento o de tipo documental, la acción se encuentra presente a lo largo de todo el metraje y distribuida de forma bastante uniforme, no se percibe un momento claro de bajada de ritmo o intensidad. Por el contrario, sí que quizás resulten acertadas aquellas críticas que se ceban con la duración del film, pues perfectamente se hubiera podido ofrecer una cinta con una extensión más habitual como son las 2 h 45 min sin perder demasiada esencia de la película.

Por supuesto, uno de los puntos a remarcar de esta segunda entrega son los efectos especiales, tanto visuales como sonoros. Resulta imprescindible visionarla en 3D, pues está específicamente concebida para ello y se nota, el espectáculo que ofrece es mayúsculo, sin duda a la vanguardia audiovisual, una experiencia única e inigualable.

Por último, en el apartado interpretativo y actoral, apuntar que de nuevo las criaturas azules siguen chirriando en los primeros instantes de película, hasta que uno consigue adentrarse en ella, una vez dado este paso su interacción en pantalla resulta bastante satisfactoria.

En conclusión, podría terminarse aquí apuntando que Avatar el sentido del agua no es ni mejor ni peor que su antecesora, que consigue mantener el nivel y permite afrontar con buenas sensaciones las futuras entregas que nos aguardan.