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Voto de El Despotricador Cinéfilo:
5
Drama Una neurótica mujer, emocionalmente desequilibrada, arruina la vida de todas las personas que se cruzan en su camino, hasta el punto de que las consecuencias de su comportamiento llegan a ser trágicas. (FILMAFFINITY)
14 de mayo de 2011
6 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi admiración por Bette Davis es infinita. Al fin y al cabo estamos hablando de una de las mejores actrices de todos los tiempos, con interpretaciones en su carrera de pura antología. Esa admiración, sin embargo, no me ciega tanto como para no reconocer que existen, como mínimo, dos películas donde no puede ser más inverosímil e inapropiado el papel que interpreta. Una es "El señor Skeffington" (Vicent Sherman, 1944); la otra, "Como ella sola".

¿Por qué me resulta tan absolutamente increíble Bette Davis en dichos papeles? Pues porque la mítica actriz tendrá multitud de virtudes y un talento incuestionable, pero en cuanto a belleza física deja mucho que desear. Siendo muy benévolo se podría decir que la Davis es simplemente mona, pero dista mucho de ser guapa y atractiva (da igual que se mida por los cánones de belleza de los años 40 que por los actuales). Esto es una gran obviedad.

Entonces, ante tal evidencia, ¿cómo podemos llegar a creernos que desate esas pasiones amorosas, encandile con su belleza a todos los personajes y enamore fugazmente a todo el que la rodea? Una cosa es la suspensión de credibilidad y otra, muy distinta, es aceptar lo inaceptable.

Pero vamos, hagamos un esfuerzo y supongamos que la belleza es algo relativo y que el personaje de Bette Davis tiene tal magnetismo que ciega de pasión y amor a todo hombre que se cruce con ella. Si nos atenemos a esta suposición, entonces se puede tolerar "El señor Skeffington", pero desde luego nunca el personaje de "Como ella sola".

Puesto que, dado que el atractivo o la atracción física que despierta una mujer es algo muy personal, subjetivo y cuestionable. Hasta ahí consiento. Lo que ya no me cabe en la cabeza es cómo, careciendo de virtudes físicas, pueda llegar a gustar un personaje tan desagradable, pueril, caprichoso, consentido, cruel, déspota, nauseabundo y vulgar. Más que un cúmulo de virtudes, tiene todo un torrente de defectos a cual peor. Y, sin embargo, esto no es impedimento para que sea una mujer arrebatadora que desata pasiones entre los hombres. Inverosímil se mire por donde se mire.

De todos modos, la Davis es una actriz tan fabulosa y todoterreno que se le perdona que interprete papeles tan inadecuados y absurdos. Por tanto, conectemos al máximo nuestra suspensión de credibilidad y a disfrutar el melodrama en todo su esplendor.

www.eldespotricadorcinefilo.com
El Despotricador Cinéfilo
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