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Voto de EternoRetorno:
7
Drama Norbu, un pobre montañés, se ve obligado a robar un caballo para mantener a su familia. Cuando se descubre que él ha sido el responsable, le expulsan de la tribu en la que convive, librándole de esta forma de cortarle las manos. Su intención de enmendarse y no recaer se ve frustrada ante el nacimiento de otro hijo, lo cual le lleva de nuevo a delinquir... (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa y poco publicitada ópera prima del director chino Zhuangzhuang. El argumento es sencillo, su título contiene bastante bien el desarrollo: un ladrón de caballos de un pueblo del Himalaya que subsiste gracias al pillaje y precisamente esto le llevará a unas consecuencias irreversibles.
Ante todo sorprende la fotografía, quizás el aspecto más potente del film. No es por casualidad, ya que Zhuangzhuang estudió cine en la famosa escuela de Pekín: cada fotograma, las contínuas referencias a las luces del alba y del ocaso-esos grandísimos tonos azul-ocre, las majestuosas cumbres impenetrables, las nieves perpétuas, los pueblos con sus templos...
Por otro lado es necesario decir que en esta cinta, como en gran parte del cine oriental, la intención está más que en lo que se cuenta, en cómo se cuenta. La historia es bastante humilde. Los diálogos practicamente brillan por su ausencia, y la acción transcurre muy moderada. Se trata por tanto del propio desarrollo lo que se nos quiere transmitir. Del inmenso poder de la imagen. Es en cierta forma una manera muy oriental de entender el cine, ya que en todo caso se sigue el tópico de "una imagen vale más que mil palabras". Y vaya que si se sigue. Cada fotograma, como digo, contiene una carga estética y emotiva muy fuerte, de ahí que aunque parezca una cinta lacónica en exceso, se trata de todo lo contrario. El director deja hablar a la imagen, y ésta se convierte en el más poderoso vehículo narrativo, relegando al diálogo a un puesto secundario (todo lo contrario de lo que se suele ver en el cine occidental). Se trata, por tanto de otra forma de narrar, de la que nuestro fatigado modelo fílmico debería dar cuenta.
Por eso, es al ver este tipo de cine, cuando uno se plantea la verborrea y efectismo de gran parte del modo de hacer películas en Occidente. Y aunque también tengamos cosas que enseñar, mucho nos queda por aprender...
EternoRetorno
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