Con un reparto de lujo y un buen montaje y realización, la película juega con el espectador en una trama de robo sofisticado.
Los saltos en el tiempo entre los interrogatorios y la acción en sí, hacen que no sepamos realmente lo que ha pasado ni cómo va a terminar.
Es curioso que el director sea Spike Lee, que habitualmente está metido en otro tipo de cosas. Aun así, algo de crítica social le han dejado incluir, aunque solo sea brevemente en el esperpéntico momento del turbante hindú.
Destacaría a Clive Owen, como fría mente criminal. Jodie Foster no hace el papel de su vida aquí, precisamente.
Como intriga de robo con secuestro, funciona, porque no es lo típico de siempre y no es nada predecible. Además, incluye algo que se ha visto después en muchas más películas del estilo (ver spoiler). Cuando algo es imitado, es porque tiene algo de mérito.
Eso sí, creo que es un poco más larga de la cuenta.