Escribir esto se podría hacer copiando y pegando cualquier otra reseña que haya hecho de cine cómico español reciente.
Sigue la línea de las producciones de Mediaset, buscando de nuevo la fórmula del éxito con un Julián López rodeado de caras habituales del género.
Aquí hace de policía pardillo que se tiene que infiltrar como teclista del grupo que va a tocar en la boda de un gángster (el siempre simpático Antonio Dechent con sus papeles de eterno enfadado).
Ambientada en Cádiz, con su humor andaluz de carnaval, es un festival de risas que apenas da un respiro entre chiste y chiste, sobre todo en el primer tramo.
Y aquí vamos a vueltas con lo de siempre con este tipo de películas. El film es técnica y artísticamente malo, de una forma clara y objetiva. Pero, simultáneamente, si su humor te hace gracia, la película es un muy buen divertimento para olvidarse un rato de los problemas.
Tanto Julián López como muchos de los que salen aquí (como la otra eterna enfadada Miren Ibarguren), me resultan graciosos.
El film me ha hecho reír mucho con sus ocurrencias, y sus guiños a la gente y forma de vida de Cádiz, una ciudad a la que le tengo personalmente mucho cariño. Hasta sale el “Selu” en un pequeño “cameo”, toda una institución del carnaval, y que ya ha hecho otras apariciones en “Antes de la quema” y “El mundo es suyo”, entre otras.
La película también es una divertidísima parodia del cine de infiltrados de toda la vida. Hasta tiene sus homenajes a “Le llaman Bodhi”, o eso me parece a mí.
Pero claro, como siempre, esto solo vale para el que conecte con su humor y se deje llevar. Es lo que hay.
El que quiera ver cine de premios, que mejor se busque otra cosa.