La primera (o una de las primeras porque puede que me equivoque) película de animación basada en la captura de movimiento de las facciones de actores reales.
Robert Zemeckis lo hizo muchísimo mejor 3 años después con la estupenda "Beowulf".
Aquí lo que tenemos son caras bastante inexpresivas y sin matices, a pesar de poder reconocer perfectamente a Tom Hanks. El resto de animación (objetos, paisajes, nieve) sí están a la altura de lo esperado.
El problema del film es la historia. Un cuento de Navidad ñoño e infantil, salpicado por algunos (pocos, eso sí) números musicales horteras y que no vienen a cuento. Algunas escenas de "acción" cuando el tren está en peligro no consiguen salvar de la quema este aburridísimo experimento.