Escribir una reseña para esta película es más fácil que para otras. Porque si es de mafia, con Al Pacino y Johnny Depp, sobre un caso real de infiltración policial, ya podría dejar de escribir en este punto.
Con pocos minutos, y con semejantes cartas de presentación, se nota que es buen cine rápidamente.
El gran Pacino es “Lefty”, un gangster un poco venido a menos que está perdiendo algo del poder que tenía. El magistral actor casi siempre está descomunal, pero estas películas siempre han sido su verdadera especialidad.
Johnny Depp demuestra aquí que puede ser mucho más que el actor fetiche de Tim Burton, o el famoso capitán Jack Sparrow. Esto es un drama serio que poco tiene que ver con esas, pero Depp está sin duda a la altura.
Los personajes tienen diálogos buenos y un cierto duelo interpretativo.
Las historias de mafia contienen normalmente elementos similares, pero no me importan que se repitan algunos clichés cuando todo es tan bueno y tan satisfactorio.
Creo que al principio es un poco lenta, pero luego va mejorando cada vez más y termina siendo bastante buena.
La parte que más me gusta es la situación con la familia de Pistone, que es donde vemos lo que realmente tiene que pasar el protagonista. Aunque con sus “amigos” también hay un momento muy fuerte con lo de los zapatos en el restaurante asiático.
Y por cierto, ¿a quién se la habrá ocurrido el nombre de Santo Traficante? Es una pura contradicción, que igual viene de una confusión con el español, ¿o quizá es adrede?