Desde Japón llega este “anime” al que no le faltan muchos de los componentes habituales.
La cabecera usa montajes de la protagonista con cuadros de Gustav Klimt y un canto que se podría llamar gregoriano en latín muy bonito. Esta música se mete en la cabeza y además suena bastante a lo largo de toda la serie.
Pero ojo, que lo que vamos a ver no es demasiado romántico ni idílico. Esto no tiene nada que ver con lo que ofrece la serie y que a nadie se le ocurra ponérsela a un niño por error.
Va sobre una chica con cuernos en la cabeza, que tiene poderes psicoquinéticos y se escapa del laboratorio donde la están estudiando para ir a parar a la casa del protagonista. Por cierto, que los dibujos de los personajes nos dan a entender que son niños o adolescentes muy jóvenes, y sin embargo, viven independizados, lo cual es un poco extraño. Pues conocen a esta chica de pelo rosa, “Niuh”, que además de todo lo dicho sufre trastorno de doble personalidad. Todo muy normal y corriente, como podemos ver, por parte de los desquiciados guionistas nipones.
Pues bien, a lo largo de sus episodios tenemos todo lo siguiente: “Gore” a lo bestia, decapitaciones, litros de sangre, maltrato animal, “bullying”, un intento de violación, y toques de sexo (en numerosas variantes). Sin embargo, los japoneses son tan raritos que, cuando la cosa está en calma, la serie curiosamente llega a parecer hasta infantil. “Niuh” o como se escriba, parece muy inocente (tanto que va en pelotas por la casa como si tal cosa), pero al enfadarse arranca cabezas y destruye miembros de los que se enfrentan a ella. ¡Menudo contraste!
Como vemos, todo tiene una mezcla muy “lógica” para los retorcidos japoneses. Está claro que el “anime” es una válvula de escape para una sociedad aparentemente muy formal y políticamente correcta como es la del país del sol naciente.
La animación de los dibujos es un poco estática, pero menos que en otras series. No falta el estilo típico japonés, con esos ojos tan grandes (¿quizá envidia de los occidentales?).
Pues bien, a pesar de la ausencia de valores éticos y de sus bestialidades, la serie es bastante entretenida precisamente porque nunca sabes por dónde van a salir con la violencia. Además, tiene un ritmo bastante bueno, no como en otras. Eso sí, con los personajes es un poco difícil conectar, o eso me ha parecido desde mi punto de vista.
Recomendable para todos los que le gusten este tipo de “frikadas”.