Clint Eastwood nos demuestra una vez mas que esto de dirigir no se le da nada mal. La fidelidad es la tónica de una historia muy bien contada y argumentada, sin escatimar en detalles. Se logra encontrar esa dualidad tan dificil en el cine con el que ser descriptivo y fiel a la realidad sin aburrir al espectador. Los planos de camara desde numerosos angulos son sencillamente impresionantes, y los diálogos acompañan fielmente a los hechos.

Tom Hanks, para variar, da credibilidad a su personaje con una interpretación más que convincente. Mires por donde lo mires, la película está a la altura,salvo por un detalle, un elemento, la pieza que le falta a un puzzle notable: ese toque que le reste la monotonía temática de un documental y nos recuerde que estamos en el cine. En este caso la mujer de Sully no consigue aportar nada nuevo, diferente.. es el pegamento que no funciona, el que podría haber elevado la película aún más alto.