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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
3
Fantástico. Acción Connor MacLeod está cansado de su condición de inmortal y de ver cómo sobrevive a todos los que ama. Se recluye en un santuario en el que los inmortales pueden reposar en paz, sin tener que luchar. Pero el santuario es atacado por un viejo enemigo, Jacob Kell, que, después de asesinar a todos los que se encontraban retirados, excepto Connor, se ha convertido en el inmortal más poderoso. Ahora, Connor y su hermano Duncan tendrán que ... [+]
17 de diciembre de 2013
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La cuarta entrega de la saga Los inmortales es una película de esas que se hacen por hacerse, en las que poco importa mearse sobre la línea histórica de los acontecimientos narrados en las tres anteriores (aunque pasarse por el forro la segunda es algo que comparto) y nos presenta una versión de su mítico protagonista bastante cómica convirtiendo a éste en una especie de Maestro Yoda.

Douglas Aarniokoski es un nombre que, como director, lo verás asociado a mierdas de videoclub de las que alquilan los que van en busca de "portadas guapas". El hombre no tiene mucha idea a la hora de crear cine, qué le vamos a hacer... En Los inmortales 4, Aarniokoski nos dice que sí, que ha visto las películas anteriores y que sabe que los flashbacks están al orden del día y que bueno, que él también quiere jugar un rato a eso de meter imágenes que ya hemos visto y hacer un montaje final de hora y media habiendo filmado casi 20 minutos menos. No conforme con eso, el tipo se pone a meternos frases de su propia película, dichas unos pocos minutos antes, a modo de revelación así sin parar. Pero hay más: se tira media hora intentando ocultar la identidad de un antagonista al que todos conocemos desde el minuto uno. Y por si no te quedas contento con eso, viene a decirnos que Connor MacLeod es un Maestro Yoda en potencia y, con la ayuda de Joel Soisson (su guionista) nos intentan colar que hay como un programa, no sé si es Excel o algo así, que lleva la cuenta de los inmortales a los que ha aniquilado cada inmortal, válgame. A nivel estético todo es tan cutre como descubrimos al principio, cuando vemos que nadie se ha molestado en quitarle unos añitos de encima al protagonista de las tres películas anteriores y que se le ve el cartón así a medio kilómetro.

Adrian Paul toma el relevo como superinmortalqueloflipas. Su personaje es una broma al espectador; comentarios "ingeniosos" que dan vergüenza ajena, un enamoramiento sin pies ni cabeza y un sentido del honor un poco peculiar. Teniendo en cuenta que Adrian Paul tiene de buen actor lo que yo de extraterrestre, la combinación resulta altamente ridícula. Christopher Lambert sigue ahí en la sombra, un poco más cascao y con menos pelo y un corte bastante más horrendo, pero ahí está, disfrutando de su endiosado personaje y haciendo que el espectador lo disfrute casi al mismo nivel, pero al revés. Bruce Payne, el malo maloso maquiavélico que resulta que siempre ha estado ahí pero tú no lo sabías (¡chan, chan! ¡no te lo esperabas!) es el más correcto de todos, lo que tampoco es decir mucho si quien cierra el reparto es Lisa Barbuscia, una chica con un apellido con el que no haré ningún mal chiste y con la misma capacidad expresiva que un Furby sin pilas.

Resumiendo, que es gerundio: es muy difícil levantar una saga que se ha quemado, sobretodo si cuenta con una única película interesante como es el caso. La dos fue un puto desastre que se cagó en la esencia de la primera, la tres intentó recuperar la senda perdida sin éxito y la cuatro quiso ser más inteligente que las tres anteriores juntas con un resultado entre patético y deprimente. Como curiosidad, añadir que la producción fue un puñetero caos y que salió un "montaje del productor" con un final sin pies ni cabeza que se explicaba como quien nos dice que Dios creó a Adán y Eva y se queda tan pancho.
Grijander
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