El regreso de Sam Raimi (El Ejército de las Tinieblas) al género de superhéroes tras la descafeinada Spiderman 3 se convierte en un gran acierto por parte del UCM y el veterano director nos brinda una de las mejores películas de la productora de los últimos años. Mostrando gran parte de su personalidad, Raimi logra dotar al Doctor Extraño de su singular impronta cinematográfica y nos presenta no sólo una película de héroes al uso si no que también se atreve con darle algunos efectos de terror que tan bien maneja. Así, dentro del UCM se convierte en pionero por tratar un género que era tabú para la productora y sólo recordamos esta mezcla en los Nuevos Mutantes de la FOX (creada como FOX, pero lanzada ya siendo parte de Disney).

Como piedra de toque, Raimi se presenta con una producción colorida pero a la vez oscura, contando con las ideas conceptuales de la primera entrega dirigida por Scott Derrickson dentro de la apabullante dimensión espejo del Hechicero Supremo. A esta gran puesta en escena se le une la concepción de dotar a la película de ciertos toques de terror muy en la línea de Sam Raimi, lo que le confiere a esta segunda entrega del Doctor Extraño valentía para romper los moldes del resto de producciones UCM. Liberado de los corsés a los que somete Disney a la mayoría de sus producciones, Raimi nos entrega una película que ante todo es muy entretenida, con un ritmo alto a la hora de contar cosas que pasan en los universos por los que pasan los protagonistas, que huyen pero que al mismo tiempo buscan una solución a los problemas en los que se meten en cada uno de ellos. Y la gran virtud de la película radica en mostrarnos siempre un conflicto por donde pasa (siempre con el gran conflicto central que mueve el leit motiv de la producción). Así, varios motivos mueven los hilos de una historia que no es compleja, pero que es capaz de darnos diferentes perspectivas de la realidad a tratar pero criticando la posibilidad de que esos miles de individuos actúen de la misma manera. Con estas posibilidades se mueve una película de acción, horror, humor y hasta drama.

Delante de las cámaras continúa robando la función del resto de actores el genial Benedict Cumberbatch (El Poder del Perro), pero una potente Elizabet Olsen (Martha Marcy May Marlene) es capaz de competir con el carismático actor inglés. Benedict Wong (Géminis), Rachel McAdams (Sherlock Holmes) con un papel muy importante, Chiwetel Ejiofor (12 años de Esclavitud) o la joven novata en gran pantalla Xochitl Gómez (El Club de las Canguro) son capaces de dar la cara ante el desafío interpretativo que hay en pantalla cada vez que Cumberbatch y Olsen aparecen en pantalla juntos. Con este choque de egos no queda más que disfrutar del espectáculo que Raimi pone en pantalla, tan siniestro como bello que logra ampliar más lo visto en la primera entrega del Hechicero Supremo y que logra mejorarlo con grandes dosis de acción, un toque de thriller con terror (algunos maquillajes hacen honor a los inicios del director), humor sincero y hasta toques de ternura (Strange se convierte de nuevo en una especie de niñero a su pesar) donde las decisiones tienen mucho que ver en cada uno de los universos que habitan esta "EXTRAÑA" cinta. Disfrútenla como un espectáculo audiovisual de primera fila, porque se nota que hasta el propio Sam Raimi ha disfrutado rodándola.