Con un estilo diferencial a la hora de retratar la época de preguerra civil, José Luis Cuerda (Amanece, que no Es Poco) se aleja con La Lengua de las Mariposas de su género favorito como es la comedia y crea un melodrama casi redondo en que es apreciable su estilo personal, e incluso hay ciertas dosis de ese Realismo Mágico que es innato en él. En esta adaptación de la novela de Manuel Rivas, hace un retrato íntimo sobre los años de aprendizaje de un niño inocente que ve cómo el mundo va cambiando a pasos agigantados sin que pueda hacer nada. Gran parte de la culpa del éxito de la cinta recae en la interpretación de este joven actor, Manuel Lozano (Somos Gente Honrada), que con su párvula inocencia logra que el espectador visualice con ternura y cierta tristeza esa evolución en su personaje, con sus frases y ocurrencias de niño pequeño que nos sacan una sonrisa de vez en cuando y con su mirada perdida en algunos momentos de la cinta. En el lado contrario está el grandísimo Fernando Fernán Gómez (Belle Époque), en uno de sus personajes más recordados y agradables con una interpretación de maestro, y nunca mejor dicho, comedido y respetado.
Es una cinta que conmueve, de bella fotografía amparada en los parajes idílicos de Galicia, dirigida con sintonía de maestro que sabe a dónde quiere llevar la historia y convencido de que puede mejor que nadie cómo pasar al celuloide una obra íntima, pero a la vez amplia, por todo el camino que decide recorrer y por la aceptación que ha tenido por parte del público... Y yo que casi me la pierdo.
Esto es cine de alta calidad. Y español. Por favor, la gente que tenga algunos prejuicios contra el cine patrio debería hacer de tripas corazón y hacer el esfuerzo de ver una obra como esta. Más que nada para probar si merece la pena no perderse cintas como La Lengua de las Mariposas.