Película de época británica que como buena producción de las islas está arropada por su estupendo diseño de vestuario, ambientación histórica y fotografía.

Cinta de corte inglés que está bien dirigida por Richard Laxton (Mrs. Wilson), poniendo como cabeza de cartel y luminoso sendero a la actriz Dakota Fanning (El Fuego de la Venganza) que muestra un papel con muchos matices, donde sobresalen más momentos de tristeza. Todos ellos promovidos por un matrimonio infeliz con el crítico de arte John Ruskin, hábilmente interpretado por Greg Wise (¡Qué Suene la Música!). Tanto, que causa una animadversión casi inmediata al espectador. También encontramos a una exquisita Emma Thompson (Love Actually), a la veterana Julie Walters (Billy Elliot) en un papel muy antipático, Derek Jacobi (Gladiator) y a Tom Sturridge (La Corona Vacía) como el famoso pintor pre-rafaelita John Everett Millais. A la postre, la presencia de este último dará un giro a la vida de la joven Effie Gray, que luchará por conseguir la anulación de su triste matrimonio con Ruskin gracias a la ayuda inestimable del personaje de Emma Thompson, lady Eastlake. Con estas señas de identidad, el guión (escrito por la misma Thompson) lucha por mostrar la tristeza a la que algunas jóvenes llegaban pensando en un matrimonio ventajoso sin pensar si quiera en su bienestar mental o físico. Con esta obra se demuestra que también era posible encontrar la nulidad de ciertos enlaces dependiendo de las circunstancias.

Film interesante que tiene buen gusto a la hora de plasmar ese fin de siglo XIX tan elegante, pero que en algunos momentos carece de un poco de más mala leche para reflejar algunos momentos. Quizás es debido al tono clasista con que enfoca la historia, y el triángulo amoroso que hay en liza apenas se muestra como tal o como piensan que pudo ser. De todas maneras, siendo fiel al hecho real se comprenden algunas cosas, aunque el frío aletargado está presente en muchas escenas y se echa en falta un poco de calor o confrontación. También está bien poner un poco de conocimiento al movimiento pre-rafaelita, denostado por la Academia de las Artes británica por no cumplir con el estilo clásico que se pedía en la época. La historia de la película no se mete mucho en estos hechos, pero los menciona de pasada y se centra más en el matrimonio de Effie Gray (como debe ser), triste heroína de una época singular.