Producción italiana que destaca principalmente por las potentes actuaciones de sus intérpretes, un plantel dominado por sus actores veteranos que le dan un plus a la calidad de la película. Una película que narra las historias de personajes que se conocen entre sí, pero cuyo destino confluye ante un hecho que incumbe a todos. De esta manera, el experimentado director Paolo Virzì (Locas de Alegría) logra narrar esta historia desde puntos de vista diferentes dejando hasta el final un desenlace que se va descubriendo según avanza la autopsia moral de cada uno de los personajes que pululan por el entramado de esta historia. De forma fría y coherente logra presentar al espectador cada uno de los males y virtudes de los hombres y mujeres que copan la cinta, y con un buen montaje logra explicar con facilidad las diferentes historias.

Valeria Bruni Tedeschi (Solo las Bestias) como rostro y actriz más conocida por estos lares domina la pantalla con estoica presencia; el veterano Fabrizio Bentivoglio (La Eternidad y un Día) hace quizás el mejor papel del elenco (entre fantásticas interpretaciones, como ya dije) siendo bien secundado por un impertérrito Fabrizio Gifuni (Felices Sueños) y una gran actuación de la joven Matilde Gioli (serie de TV DOC).

Una película muy real, que destaca por las interpretaciones, una buena dirección y por la historia y el curioso título que da a la cinta del cual no comprenderemos su significado hasta el final. Quizás no sea una película para un público extenso, pero merece la pena ante todo por el buen hacer del reparto.