Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Argoderse:
8
Drama Basada en hechos reales. Philomena Lee, una adolescente irlandesa que vivía en un internado de monjas, se quedó embarazada y se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Cincuenta años después, decide contárselo a su hija y se pone en contacto con un periodista de la BBC para que le ayude a contar su historia y a encontrar a su hijo. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A menudo el cine es utilizado como un instrumento de denuncia social. Un perfecto vehículo que, en ocasiones, ha derribado los cimientos de la hipocresía, la tiranía y, sobre todo, la injusticia; con emocionantes historias capaces de ablandar hasta al corazón más pétreo.

Tal es el caso de Philomena, la última película hasta la fecha de Stephen Frears. La historia rebosa drama -y más de una sorpresa- por los cuatro costados, pero Steve Coogan, como guionista y productor, adapta con brillantez y sin caer en los clichés del género, el libro homónimo de Martin Sixsmith, al que además da vida con la sencillez y naturalidad que caracterizan a este gran actor británico.

Coogan sabe combinar a la perfección la acidez de su humor, aplicada en varios momentos de la cinta para rebajar con acierto la tensión dramática de la trama, con la seriedad que requiere un tema tan repugnante como el de los bebés robados que, desgraciadamente, tanto nos suena en nuestro país.

El de Manchester acompaña admirablemente a la perfecta Judi Dench (Iris, Chocolat), encargada de ponerle rostro a este crimen perpetrado por una ambivalente Iglesia Católica y que ha destruido la vida de cientos de familias de un tiempo a esta parte. La actriz británica hace un auténtico ejercicio de sinceridad y honestidad para meterse en la piel de la desdichada Philomena cuando esta ya es mayor -Sophie Kennedy Clark interpreta a Philomena en su juventud-. Una actuación memorable que quedará registrada en los anales del séptimo arte.

Es irresistible el magnetismo que desborda su personaje y lo bien que lo trasmite. Una mujer repleta de humanidad y bondad infinita; fuerte, inocente y pura, conservando su espiritualidad a pesar del duro revés recibido y dando una lección de lo que verdaderamente simboliza el catolicismo. La veterana y carismática actriz sobrecoge con su interpretación avasalladora, reflejando la ingenuidad indulgente de esta generación que sufrió los abusos de una parte de los miembros eclesiásticos.

Resulta maravilloso contemplar la forma de influir entre uno y otro en un relato conmovedor. Tanto en Philomena como en Sixmith, se producen luchas internas provocadas por el apoyo que se prestan. Afortunadamente, la película camina entre las aguas del melodrama, llegando a zozobrar en algún ligero instante pero sin hundirse en el tedio, saliendo a flote sutilmente gracias a la labor interpretativa de la pareja protagonista.

Es obvio el juicio que se hace a la doble moralidad de las instituciones católicas y a la mal entendida religiosidad que ponen en práctica algunas hermanas. Dench y Coogan son los jueces con distintos puntos de vista y, con inteligencia, Frears deja que sea el público quien ejerza de jurado y saque sus propias conclusiones.

Su oportunidad en el tiempo hacen de ella una película inapelable y, en cierto sentido, reparadora. Todo un despliegue de sentimientos bien guionizados, dirigidos y, sobre todo, interpretados. Una muestra más de la particularidad del cine a la hora de alertar y evidenciar los problemas y ambigüedades de la sociedad, en general, y el ser humano en particular. Prueba de que todavía cabe la posibilidad de la redención.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Argoderse
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow