Nada hacía presagiar que una tarde del lunes lluvioso me iba a adentrar en una sala de cine, para ver una peli de la que poca gente habla bien, para salir con la sensación de haber aprovechado dos horas super entretenido, como un niño chico.
Tenía o la última de Bond (una flipada con no buenas críticas) o la de vikingos de la que me habían contado que era una flipada escandalosa, en el mal sentido de la palabra. Además dicen en la promoción que la producción viene a cargo de los que se encargaron de El señor de los anillos.
Pues sí. Es una flipada, pero la mar de entretenida. Es meterse en la sala, desconectar de todas las preocupaciones del día a día y empezar a comer palomitas. Las localizaciones, la fotografía es de lujo (no tanto el guión). Ostia, perdón! Si hay una nave espacial y un alien, dragón o morgul como quieran llamarlo en plena Noruega del año 500. Encima sale el tío de La Pasión, el cual pone ese rostro hierático para convertirse en todo un héroe. Luego está la heroína, la cual no está nada mal. Y el amigo Hellboy haciendo del bruto más bruto.