Sinceramente, creo que si esta película tiene más nota de lo que merece es por lo de siempre, porque lleva el nombre de un director reconocido por tener obras ineludibles, en este caso Francis Ford Coppola, y por nuestra actitud reacia a reconocerle a nuestro ídolo una obra menos conseguida.

La historia que se nos cuenta, es una historia sobre una juventud enfrentada a todo el mundo, "rebeldes" como nos dice el título, y con causa según nos da a entender el guión. Movidos por una marginalidad social, familiar o simplemente por su carácter, estos jóvenes son habituales en peleas y delitos de poca monta; muchos de ellos aún son casi niños y otros, como Dallas han pasado por la cárcel; todos ellos son la banda de Los Grasientos, y pronto su rebeldía les traerá unas consecuencias que cambiarán sus vidas.

Pero, para mí, el fallo de la cinta radica en que, a partir del hecho puntual que cambia el transcurso de la trama, la historia cae en trucos facilones a la hora de sacar la lagrimilla, y en giros argumentales un poco "vacíos" de contenido por así decirlo. Tiene en contra suya además de todo ello una escena final un poco sensiblera y típica que termina por afianzar la sensación de que no hemos visto nada fuera de lo normal.

A su favor, quizá tiene el descubrimiento de actores que luego fueron asiduos a la pantalla grande, y en mi opinión, lo que más merece la pena es ver a Matt Dillon (que tiene actuaciones mejores en su haber), y algunos planos y transiciones entre escenas muy originales. A destacar la de la pelea en la fuente.

Finalizando, una película muy normalita, algo vacía en mi opinión, puntualmente aburrida, pero entretenida en su conjunto. Un aprobado y vamos bien.

Disfrútenla.