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Voto de Beastie:
6
7.7
121,702
Thriller. Drama
El día en que Juan (Alberto Ammann) empieza a trabajar en su nuevo destino como funcionario de prisiones, se ve atrapado en un motín carcelario. Decide entonces hacerse pasar por un preso más para salvar su vida y para poner fin a la revuelta, encabezada por el temible Malamadre (Luis Tosar). Lo que ignora es que el destino le ha preparado una encerrona. (FILMAFFINITY)
10 de diciembre de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaría de más hablar del papelón de Tosar porque, más que de papelón, se trata de una interpretación creo perfecta, de una plasmación exacta de la realidad de un personaje como el que representa. Mención aparte, como no, merece el entrañable yonqui de la gorrita de España. Impresionante. Como si se hubiera colado en el rodaje procedente de cualquier calle que podamos imaginar de nuestra ciudad. Pero esto no lo es todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Porque todo lo contrario sucede con el protagonista de la historia. Dónde quedaron el carisma y, sobre todo, la credibilidad. No creo que el cambio involuntario de acento castellano-sudamericano durante varios lances de la trama sea un punto a favor. Porque, hombre, si el chico es argentino (que lo es), que actúe como tal. ¡Para qué forzarlo, si le cuesta! Igualmente, sus expresiones faciales tampoco acaban de llenar.
Eso sí, la negatividad del film pienso que centra su peso en varias líneas del guión. Incluso la bestia de Malamadre se ve corrompida muchas veces por la inestabilidad del mismo. ¿Dónde se habrá visto que, a los cinco minutos de su estancia en la cárcel, el novato de turno entre por los ojos del amo y señor del grupo, convirtiéndose además poco menos que en su amigo inseparable y protegido? Vaya huevos el Calzones, que en seguida hace, deshace, propone, ordena y sentencia lo que a todo un señor preso como Malamadre tuvo que costarle años de reclutamiento y recogidas de jabones.
Y así sigue la película hasta el final, con baches y luces por el camino. Acciones que se repiten como la entrada y espera de los negociadores y reos respectivamente. Cambios de actitud extremos como la de intentar escapar hasta la de convertirse en el cabecilla de las reivindicaciones. Compañeros funcionarios tan inteligentes como para confirmar la muerte de la chica mientras uno de los suyos permanece encerrado con los animalitos del señor (¡Resines te lo agradecerá, barbudo incompetente!). Y un acelerón final desproporcionado, como la proposición trapera del padre del Bola a Malamadre delatando a Calzoncillos o la traición de Bardem, cantada desde antes que comenzara el lío.
211 adjetivos que otorgar repartidos por igual entre virtudes y defectos. Inverosimilitud como estandarte de todos ellos. Porque los golpes de efecto son otra cosa.
Quedo frío, me acerco a la tibieza y vuelvo a tener que taparme.
Eso sí, la negatividad del film pienso que centra su peso en varias líneas del guión. Incluso la bestia de Malamadre se ve corrompida muchas veces por la inestabilidad del mismo. ¿Dónde se habrá visto que, a los cinco minutos de su estancia en la cárcel, el novato de turno entre por los ojos del amo y señor del grupo, convirtiéndose además poco menos que en su amigo inseparable y protegido? Vaya huevos el Calzones, que en seguida hace, deshace, propone, ordena y sentencia lo que a todo un señor preso como Malamadre tuvo que costarle años de reclutamiento y recogidas de jabones.
Y así sigue la película hasta el final, con baches y luces por el camino. Acciones que se repiten como la entrada y espera de los negociadores y reos respectivamente. Cambios de actitud extremos como la de intentar escapar hasta la de convertirse en el cabecilla de las reivindicaciones. Compañeros funcionarios tan inteligentes como para confirmar la muerte de la chica mientras uno de los suyos permanece encerrado con los animalitos del señor (¡Resines te lo agradecerá, barbudo incompetente!). Y un acelerón final desproporcionado, como la proposición trapera del padre del Bola a Malamadre delatando a Calzoncillos o la traición de Bardem, cantada desde antes que comenzara el lío.
211 adjetivos que otorgar repartidos por igual entre virtudes y defectos. Inverosimilitud como estandarte de todos ellos. Porque los golpes de efecto son otra cosa.
Quedo frío, me acerco a la tibieza y vuelvo a tener que taparme.