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Voto de Daniel Valcarce:
9
Drama Ponyboy es un adolescente huérfano que, al igual que sus hermanos y amigos, pertenece a la banda de "Los Grasientos". Tienen su propio territorio y una banda rival, "Los Dandis". Una noche, después de una pelea, un "dandi" muere acuchillado. Entonces, Ponyboy y su amigo Johnny deciden huir. (FILMAFFINITY)
8 de julio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del arrollador éxito generado por obras monumentales como “El Padrino” (1972) “El Padrino 2” (1974) y “Apocalipsis Ahora” (1979) en los años 70, Francis Ford Coppola entró a la década de los 80 con esa inseguridad propia de un director que había tocado el cielo tal vez demasiado rápido y sin saber qué podría venir después. En una década donde estuvo aplastado económicamente por grandes fracasos comerciales como “Golpe al Corazón” (1982) y “Cotton Club” (1984) y donde también cosechó discretos aciertos de crítica en “Peggy Sue se Casó” (1986), “Jardines de Piedra” (1987) y “Tucker El Hombre y su Sueño” (1988), Coppola tuvo un inspirado paréntesis creativo donde entregaría en un mismo año las veneradas adaptaciones de las novelas “Los Rebeldes”(1983) y “La Ley de la Calle”(1983); ambas de la escritora juvenil Susan Hinton.

Hermanas desde su origen y producidas prácticamente al mismo tiempo, una filmada a todo color y la otra filmada en blanco y negro, “Los Rebeldes” y “La Ley de la Calle” se estrenaron con apenas unos pocos meses de diferencia, casi como queriendo sacudir emocionalmente a las ochenteras audiencias juveniles que por ese entonces protagonizaban una década demasiado materialista y superficial. En ambas películas Coppola hizo evidente su apasionado y nostálgico intento por querer recapturar la mítica figura del joven desadaptado e incomprendido; esa que fuera tan bien lograda por Marlon Brando en “El Salvaje” (1953) y por James Dean en “Rebelde sin Causa” (1955), y gracias al artístico trabajo de Stephen Burum -mismo director de fotografía en ambos filmes- logró un status que hoy se considera “de culto” para ambas películas. Si bien es cierto que “Los Rebeldes” fue recibida con mucho mayor entusiasmo comercial y crítico que “La Ley de la Calle”, no se puede negar que hoy en día ambas cintas ostentan un importante sitial en la sensibilidad juvenil de los 80.

Finalmente, referirse al legado cultural de una película tan señera como “Los Rebeldes”, implica necesariamente mencionar el impacto que tuvo la presencia de todos sus jóvenes y debutantes actores, quienes con el paso del tiempo se convertirían en ídolos juveniles. Tal vez Coppola nunca imaginó que con este puñado de adolescentes actores la pandilla de los Greasers sería inmortalizada para siempre en la gran pantalla, pero no cabe duda que con los años este acierto sólo sumaría más y más puntos a la creciente revaloración que la película tiene hoy en día y que ha generado una reciente versión reeditada por el propio director, completa y sin cortes, para el goce de las nuevas audiencias cinéfilas.

Texto: Daniel Valcarce
Daniel Valcarce
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