Desde la primera escena de la película el guionista y el director se complacen en ofrecernos situaciones artificiales que son, generalmente, de mal gusto.

¿Tiene algún sentido que el protagonista aparezca como un guarro, impúdico, grosero?

¿Tiene algún sentido que la mayoría de los personajes estén desequilibrados sexualmente?

¿Tiene algún sentido que en solo tres meses una persona, cuya profesión es hacer maquetas de madera, sea capaz de derribar y construir una magnífica mansión nueva?

Y así, indefinidamente, se pueden seguir añadiendo muchas otras situaciones sin sentido y que restan cualquier credibilidad a este melodrama.