Increíble.
Está claro que Kubrick tiene una máquina del tiempo que le permite viajar al futuro y ver como funciona la movida, volver a su época y jugar con ventaja respecto a los demás, porque de otra forma no se explica como esta peli de 1957 refleje al milímetro lo que hoy día, décadas después, sucede en las organizaciones militares, policiales y políticas.
Debería ser obligatoria en los colegios, serviría de gran ayuda a todo aquel que quiera entender la vida cotidiana, los intereses personales, la asquerosa lucha del poder, la gente sibilina, los pobres diablos que pagan sin comerlo ni beberlo, el miedo en su forma más asquerosa, el mando de gente inútil sobre miles de personas. Todo eso se refleja de forma perfecta en 90 minutos (no llega). Infinitud de detalles se mezclan y, algo curioso, Kirk Douglas, ya una mega estrella de la época luce bien, pero está tan absorbido por el mensaje de la peli, que no destaca tanto como estaba llamada a hacerlo, es normal, el mensaje está demasiado bien contado.
Imprescindible y auténticamente espectacular. Inexplicable que sea de 1957.