Realmente hubiera querido ponerle un 9 ó un 10 a esta peli, de verdad.
Me habían hablado genial, había visto las puntuaciones y las críticas y me autoconvencí de que sería una gran película, así que vacié mi mente para no crearme estereotipos y esto fue lo que yo vi:
Amelie, una chica francesa de veintipocos años que tras una infancia traumática por la muerte de su madre, el desprecio de su padre y su nula relación afectiva con otros niños ya que nunca fue a la escuela, termina loca como una cabra y ve el mundo de manera distinta a los demás, trabaja en una cafetería de camarera, no tiene amigos y se dedica a gastar putadas a quien le cae mal y a ingeniar fantásticas maneras de alegrar a quien le cae bien.
Hasta ahí bien, pero claro, todo está contado desde los ojos y la cara de una loca, porque eso queda clarito desde el principio, la cual hace locuras y se interesa por otros locos como ella, como un tipo que recoge trozos de foto de debajo de los fotomatones, del que se enamora.
Vale venga, todo muy guay y muy chuli, pero para ver esta peli hay que estar un poco como la protagonista, o meterse un par de canutos, o vivir en un mundo de fantasía que, cuando veas una peli así te parezca genial. Se me hizo interminable.
Lo siento, yo no fumo canutos.
Un 3 porque la tía está buena y porque el sentimiento que demuestra es bonito en algunos casos como con el señor de la caja de latón.