Media votos
6.7
Votos
5,206
Críticas
1,665
Listas
182
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Miquel:
8
6.9
10,947
Drama. Fantástico. Romance. Thriller
Nueva Zelanda, mediados del siglo XX. La amistad entre dos compañeras de colegio adolescentes es tan intensa y estrecha que despierta el recelo de los padres de una de ellas. Las chicas crean un mundo imaginario y lleno de fantasía en el que se refugian para vivir de espaldas al resto del mundo. Basada en hechos reales. (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2011
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama romántico realizado por Peter Jackson (Nueva Zelanda, 1961) ("El señor de los anillos") y escrito por Frances Welsh (pareja de Jackson) y el propio Jackson. Se rueda en escenarios reales de Canterbury y Christchurch (Canterbury), de Nueva Zelanda, con un presupuesto estimado de 5 millones USD. Nominado a un Oscar (guión original), gana la Palma de plata de Venecia y el premio al mejor director del Festival de Toronto. Producido por Jim Booth para WingNut Films y otras productoras, se proyecta por primera vez en público el 2-IX-1994 (Venecia F.F). La acción dramática tiene lugar en las localidades de Canterbury y Christchurch (Nueva Zelanda) durante unos 21 meses entre 1952 y 1954.
Las protagonistas son Juliet Marion Hulme (Winslet) y Pauline Ivonne Parker (Lynskey), de 15 y 14 años. Juliet, nacida en Inglaterra en 1939, es hija de una familia acomodada y de prestigio. Su padre es rector del University Cambridge Collage. Es alta, delgada, agraciada, extrovertida e inteligente. De salud frágil, tiene gran facilidad para la expresión verbal y una imaginación fogosa y creativa. Sus padres la han tratado siempre con indiferencia. Pauline, nacida en Christchurch, es hija del titular de un negocio mayorista de pescado. Para mejorar los ingresos alquilan habitaciones de la casa en la que residen a estudiantes. Es baja, morena, obesa, poco atractiva, introvertida, obstinada y reservada. No tiene amigas y no se lleva bien con la madre. Es fantasiosa e inteligente. Durante la infancia padeció osteomielitis, que la obligó a someterse a varias intervenciones quirúrgicas en la pierna derecha. A ambas les gusta la ópera y el cine, sienten admiración por el tenor italiano Mario Lanza (de moda en los primeros años 50), simpatía por James Mason y repugnancia por Orson Welles.
El film se apoya en un guión bien elaborado que yuxtapone y en cierta medida funde el mundo de la realidad y el de la fantasía entre los que oscila la acción. En algunas zonas ambos mundos se superponen y en ocasiones se confunden. Ambos son tratados con respeto y profusión de detalles. No se presentan como dos realidades contrapuestas o antagónicas, sino como una suma de planos diferentes, no separados por discontinuidades o accidentes. En el mundo real, las chicas se sienten hostilizadas, incomprendidas y excluidas, por lo que buscan evadirse. En el mundo de fantasía, al que llaman reino de Borovnia, son princesas y se relacionan con personajes de ficción a quienes llaman santos, con los que congenian y comparten experiencias positivas, halagadoras y divertidas. Dan forma a los santos con ayuda de sus conocimientos de modelaje de la arcilla.
---/
Las protagonistas son Juliet Marion Hulme (Winslet) y Pauline Ivonne Parker (Lynskey), de 15 y 14 años. Juliet, nacida en Inglaterra en 1939, es hija de una familia acomodada y de prestigio. Su padre es rector del University Cambridge Collage. Es alta, delgada, agraciada, extrovertida e inteligente. De salud frágil, tiene gran facilidad para la expresión verbal y una imaginación fogosa y creativa. Sus padres la han tratado siempre con indiferencia. Pauline, nacida en Christchurch, es hija del titular de un negocio mayorista de pescado. Para mejorar los ingresos alquilan habitaciones de la casa en la que residen a estudiantes. Es baja, morena, obesa, poco atractiva, introvertida, obstinada y reservada. No tiene amigas y no se lleva bien con la madre. Es fantasiosa e inteligente. Durante la infancia padeció osteomielitis, que la obligó a someterse a varias intervenciones quirúrgicas en la pierna derecha. A ambas les gusta la ópera y el cine, sienten admiración por el tenor italiano Mario Lanza (de moda en los primeros años 50), simpatía por James Mason y repugnancia por Orson Welles.
El film se apoya en un guión bien elaborado que yuxtapone y en cierta medida funde el mundo de la realidad y el de la fantasía entre los que oscila la acción. En algunas zonas ambos mundos se superponen y en ocasiones se confunden. Ambos son tratados con respeto y profusión de detalles. No se presentan como dos realidades contrapuestas o antagónicas, sino como una suma de planos diferentes, no separados por discontinuidades o accidentes. En el mundo real, las chicas se sienten hostilizadas, incomprendidas y excluidas, por lo que buscan evadirse. En el mundo de fantasía, al que llaman reino de Borovnia, son princesas y se relacionan con personajes de ficción a quienes llaman santos, con los que congenian y comparten experiencias positivas, halagadoras y divertidas. Dan forma a los santos con ayuda de sus conocimientos de modelaje de la arcilla.
---/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
/…
La circulación entre los dos planos de la realidad reafirma la amistad que sienten una por otra, las hace sentir libres para dar rienda suelta a sus deseos homoeróticos y homosexuales, las llenan de euforia y exaltación y convierten sus sentimientos afectivos en obsesivos. Es interesante observar cómo y en qué medida las experiencias fantasiosas de las dos amigas las transforman gradualmente y provocan en ellas confusiones que afectan a sus capacidades cognitivas, de percepción y de conducta.
La obra exalta la amistad, las expresiones del amor adolescente, las formas diferentes del amor natural libre de cánones arcaicos, la fantasía, la imaginación, la música, el cine, etc. El relato es emocionante, lírico, onírico y, al propio tiempo, inquietante y perturbador. El ritmo narrativo es adecuado y absorbente. El mundo fantasioso refleja el mundo interior de las dos protagonistas en el que se mezclan embarulladamente lo bonito y lo cursi, lo ostentoso y lo apropiado, lo ridículo y lo elegante. No faltan imágenes que parecen extraídas el cine de bajo presupuesto que Jackson conoció en sus primeras experiencias como realizador. Esta obra le da a conocer como autor de éxito y le abre muchas puertas.
La banda sonorota, de Peter Dasent, se basa en una partitura potente, colorista y muy variada, que ambienta adecuadamente las incidencias del relato. En ocasiones lo hace con lirismo, sensibilidad y emotividad (Cashmere Hills), otras veces se sirve de expresiones vitalistas y apasionadas (camino de la casa de Juliet), crea melodías intimistas, marchas (persecución del pequeño Jonathan), etc. Como música añadida, aporta canciones operísticas a cargo de Mario Lanza (“Dunkey Serenade”, “By My Love”, “When You Are in Love”…), Peter Dvorsky (“E lucevan le stelle”), Kate Winslet (“Sono andati”) y de la Hungarian State Opera (“The Humming Chorus”). La fotografía, de Alun Bollinger (“La verdadera historia del cine”, Jackson y Botes, 1995), hace uso ocasionalmente de imágenes deformadas, representaciones oníricas y movimientos de cámara rápidos y turbadores. La imagen de los padres en la cubierta de un barco de espaldas a la hija explica muchas cosas sin una sola palabra. Hace la presentación de la localidad de Christchurch con imágenes representativas de un lugar extremadamente pacífico y hermoso, donde abundan las bicicletas, la práctica de deportes y el cultivo de narcisos. El lugar es tan idílico y maravilloso que parece irreal. De ese modo el film avisa de la ambigüedad que separa en él lo real de lo ficticio.
La circulación entre los dos planos de la realidad reafirma la amistad que sienten una por otra, las hace sentir libres para dar rienda suelta a sus deseos homoeróticos y homosexuales, las llenan de euforia y exaltación y convierten sus sentimientos afectivos en obsesivos. Es interesante observar cómo y en qué medida las experiencias fantasiosas de las dos amigas las transforman gradualmente y provocan en ellas confusiones que afectan a sus capacidades cognitivas, de percepción y de conducta.
La obra exalta la amistad, las expresiones del amor adolescente, las formas diferentes del amor natural libre de cánones arcaicos, la fantasía, la imaginación, la música, el cine, etc. El relato es emocionante, lírico, onírico y, al propio tiempo, inquietante y perturbador. El ritmo narrativo es adecuado y absorbente. El mundo fantasioso refleja el mundo interior de las dos protagonistas en el que se mezclan embarulladamente lo bonito y lo cursi, lo ostentoso y lo apropiado, lo ridículo y lo elegante. No faltan imágenes que parecen extraídas el cine de bajo presupuesto que Jackson conoció en sus primeras experiencias como realizador. Esta obra le da a conocer como autor de éxito y le abre muchas puertas.
La banda sonorota, de Peter Dasent, se basa en una partitura potente, colorista y muy variada, que ambienta adecuadamente las incidencias del relato. En ocasiones lo hace con lirismo, sensibilidad y emotividad (Cashmere Hills), otras veces se sirve de expresiones vitalistas y apasionadas (camino de la casa de Juliet), crea melodías intimistas, marchas (persecución del pequeño Jonathan), etc. Como música añadida, aporta canciones operísticas a cargo de Mario Lanza (“Dunkey Serenade”, “By My Love”, “When You Are in Love”…), Peter Dvorsky (“E lucevan le stelle”), Kate Winslet (“Sono andati”) y de la Hungarian State Opera (“The Humming Chorus”). La fotografía, de Alun Bollinger (“La verdadera historia del cine”, Jackson y Botes, 1995), hace uso ocasionalmente de imágenes deformadas, representaciones oníricas y movimientos de cámara rápidos y turbadores. La imagen de los padres en la cubierta de un barco de espaldas a la hija explica muchas cosas sin una sola palabra. Hace la presentación de la localidad de Christchurch con imágenes representativas de un lugar extremadamente pacífico y hermoso, donde abundan las bicicletas, la práctica de deportes y el cultivo de narcisos. El lugar es tan idílico y maravilloso que parece irreal. De ese modo el film avisa de la ambigüedad que separa en él lo real de lo ficticio.