Sumamente entretenida y decente continuación de Karate Kid. Lo que me llama la atención es la absoluta credibilidad que presenta la evolución de los dos antagonistas. Me esperaba una patética historia para poder retomar el éxito de la primera película y lo que me encuentro es un auténtico reboot de la historia del típico adolescente acosado que encuentra en el kárate una salida al bullying contada en las películas de los 80,s decenas de veces, pero en el contexto actual de móviles y tecnología en la que vivimos.
Prescinde del típico maniqueísmo y presente a los dos protagonistas en igualdad de condiciones, sin que prevalezca uno sobre otro y sin que uno sea bueno y el otro malo.
La verdad es que me ha sorprendido en cuanto a lo entretenida y coherente que es, entendiendo que carece de la calidad que tienen las series hoy en día.