Una vez iniciada la película, nos damos cuenta que es una obra de arte de principio a fin, cuenta con una trama muy interesante y atractiva y como va avanzando se hace aterradoramente fascinante. Cabe destacar que de despoja de los estereotipos de este género, como la oscuridad o lo entes paranormales a favor de una relativa claridad. Al ver el film nos invade una sensación de claustrofobia impregnada por una excelente banda sonora.

Nicholson consigue hacer un gran papel como Jack Torrance, y como no es de extrañar, Kubrick nos deja encantados con su maravillosa forma de dirigir y dejar muestra clara de lo que es el buen cine. Nos damos cuenta que todos los personajes, como sus actores en la película no llevan a todos atraídos por su intriga y suspenso.

Ciertamente podemos concebir esta película, como un viaje a la profundidad de si mismo, y de esta manera nos exhibe la dificultad que presenta la misma en frente de la simple situación de diferenciar entra la realidad y la ironía.